octubre 31, 2008

Ciudadanos renueva su Canal YouTube



Coincidiendo con el segundo aniversario de la entrada de C's en el Parlament de Catalunya, el canal de YouTube de Ciudadanos-Ciutadans Partido de la Ciudadanía renueva su imagen y edita nuevos canales en los cuales se irán clasificando los abundantes vídeos que se van colgando.

El Canal C's-You Tube a partir de ahora estará subdividido en los siguientes canales:

1.- C's en la Calle
2.- C's Producciones Ciudadanas
3.- C's Actos y entrevistas
4.- C's en los Medios
5.- C's Ruedas de Prensa
6.- C's Parlament

TODA LA INFORMACIÓN AUVIOVISUAL DE C's EN Ciudadanos-YouTube

octubre 30, 2008

La gran amenaza para la Justicia: un Estado y 17 sistemas incompatibles

La descoordinación entre las comunidades autónomas y el Gobierno central se ha convertido en una de las principales amenazas para el funcionamiento de la Justicia en España. La transferencia de competencias de esta materia a la mayoría de autonomías ha dividido de facto un poder estatal único en diecisiete administraciones, con modelos de organización y aplicaciones informáticas diferentes. Una diversidad que pone en peligro los esfuerzos para conectar con las nuevas tecnologías los juzgados de toda España, y que puede propiciar que se repitan casos como el de Mari Luz.

Prueba de la gravedad de esta situación es que la “coordinación de programas y aplicaciones informáticas estatales y autonómicas” constituye el primer punto de la lista de prioridades que se ha marcado el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en su “plan de actuación inmediata” para modernizar la Justicia. De acuerdo con Antonio García, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, se trata del “gran problema de la Justicia a medio y largo plazo”.


“Cada comunidad autónoma está trabajando con modelos de oficina judicial diferentes”, indicó García, para quien existe un alto riesgo de “cortocircuito” entre administraciones. “La red informática, de gestión documental o de comunicación debe ser única, porque el Poder Judicial es único y del Estado”, señaló García. Desde Jueces para la Democracia, Miguel Ángel Gimeno también reclamó la unificación de los programas informáticos y de comunicaciones para que los juzgados de diferentes provincias y comunidades puedan intercambiar información.

Pero los jueces no son los únicos que advierten del peligro de multiplicar los sistemas. Carlos Carnicer, presidente del Consejo General de la Abogacía Española, destacó el martes, en el Observatorio de la Actividad de la Justicia, el grave problema que supone para el sistema funcionar con las competencias repartidas entre el ministerio de Justicia, el CGPJ y las comunidades autónomas. Para Carnicer, ni siquiera un despacho de abogados podría trabajar si cada socio o empleado perteneciera a un estamento diferente.

En este mismo foro, Juan Carlos Estévez, presidente del Consejo General de Procuradores, en relación con las deficiencias tecnológicas que lastran a la Justicia, criticó que autonomías y ministerio usen lenguajes informáticos diferentes. Además, Estévez denunció que el sistema que los sistemas que impulsa el Gobierno, como el llamado Lexnet, “están obsoletos antes de nacer”.

Objetivos del Gobierno

Precisamente, entre los objetivos que presenta el ministerio de Justicia en los Presupuestos Generales de 2009, se recoge la “plena incorporación de las nuevas tecnologías” para conectar a los distintos órganos judiciales, a las fuerzas de seguridad, así como para facilitar los trámites y el acceso de los ciudadanos. Sin embargo, el Gobierno advierte que la única forma de alcanzar estas metas es “evitando la multiplicidad de aplicaciones informáticas autónomas y dispersas que no son compatibles entre sí”, para lo que prevé la creación de un grupo de trabajo que estudie los sistemas de cada comunidad autónoma y trate de integrarlos.

El Ejecutivo señala que esta necesidad es “mucho más acusada” en la jurisdicción penal, de modo que se agilice la ejecución de las sentencias, procedimiento que falló a la hora de encarcelar al presunto asesino de la niña Mari Luz, Santiago del Valle. En la actualidad, el ministerio de Justicia está en proceso de extender y compatibilizar dos sistemas: Lexnet, que funciona para el envío seguro de notificaciones y presentación de escritos, de forma similar a un correo electrónico; y Minerva NOJ, que permite gestionar los asuntos procesales de forma digital, y que aspira a superar el soporte papel que inunda los juzgados.

Sin embargo, ambos sistemas están lejos de funcionar de forma complementaria y generalizada, y deben adaptarse a otros como el andaluz o el vasco que llevan años desarrollándose por separado.

Alberto Mendoza

» Artículo publicado en El Confidencial

octubre 29, 2008

Carod anuncia otra "embajada" de la Generalitat en Nueva York en plena crisis

Ayer se aprobaron los Presupuestos de la Generalitat 2009, por un total de 36.985,1 millones de euros para el conjunto del sector público. Unas cuentas marcadas por la crisis, que contemplan la destrucción de 54.900 puestos de trabajo en Cataluña, en un contexto que el consejero de Economía, Antoni Castells, no dudó en definir como de recesión. Pese a ello, el vicepresidente Carod-Rovira, confirmó ayer que la Generalitat abrirá una nueva delegación en Nueva York. Lo hizo en el transcurso de una visita oficial a esta ciudad para inaugurar una muestra de Joan Miró en el Moma.

La respuesta del Gobierno catalán a la crisis no ha sido otra que echar mano de la deuda pública hasta el límite del 1% que establece la Ley de estabilidad presupuestaria. De este modo, la Generalitat contará con un presupuesto total de 23.086,7 millones de euros, de los que 21.141,2 corresponden a ingresos propios y 2.127,8 a deuda financiera.


El tripartito contempla una caída de los ingresos de la Generalitat por tributos propios del 24,1%, forzada por la drástica reducción de los ingresos por el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentales —que dependen directamente del sector inmobiliario— y que caerá un 46% según los Presupuestos de la Generalitat.

En conjunto, Castells prevé una reducción del 4,4% de los ingresos de la Generalitat, un total de 995 millones de euros. Todo ello con el actual modelo de financiación en situación de prórroga técnica.

Ese endeudamiento permitirá a la Generalitat aumentar las inversiones en las políticas consideradas prioritarias como la partida destinada a Acción Exterior, puesto que el Gobierno catalán inaugurará en enero nueva sede en Nueva York. Lo anunció el vicepresidente catalán que argumentó la apertura de la nueva delegación —la cuarta inaugurada por Carod desde que volvió a la Generalitat de la mano del segundo tripartito— para «actuar en los ámbitos de interés» en Estados Unidos, Canadá y la ONU.

Tras la creación de las sedes de Berlín, Londres y París —todas bajo la responsabilidad de Josep Lluís Carod-Rovira, que «colocó» a su hermano, Apel.les Carod, en París— el ejecutivo autonómico aprobó la creación de la nueva legación en Nueva York en septiembre, aunque aún se desconoce dónde se instalará la nueva sede, en una de las zonas más exclusivas del mundo.

Aunque el decreto no incluye memoria económica del proyecto, la Generalitat ha dedicado a las sedes de Berlín y Londres una media de 90.000 euros anuales sólo para sufragar el coste de puesta en marcha del espacio físico de la sede. Además está el coste del personal, que en el caso de los delegados de la Generalitat en el exterior, con rango de director general, supone un sueldo bruto de 87.596 euros anuales. En conjunto, la proyección exterior le ha costado a la Generalitat 180.000 euros en el último año. Tras la apertura de la sede catalana en Nueva York, la Generalitat quiere crear nuevas delegaciones en México y Argentina antes de finalizar la presente legislatura. El Gobierno catalán cuenta además con una representación en Bruselas. La Generalitat ya tenía presencia en Nueva York desde 1987 a través de las oficinas de promoción comercial del Copca y el Cidem.

» Artículo publicado en ABC

octubre 27, 2008

El hecho diferencial canario y la canariedad


La epidemia del hecho diferencial y de la identidad nacional sigue extendiéndose por las comunidades autónomas españolas. Ahora le toca el turno a las Islas Canarias, de la mano de Coalición Canaria (CC). El texto que incluimos a continuación pertenece a la Ponencia Ideológica recientemente aprobada en el IV Congreso de CC:

¿Qué es el hecho diferencial canario?

Canarias no se conforma sólo por la suma de unos territorios insulares (las islas), sino también por el mar común que nos rodea, una rica historia, un acervo económico y fiscal propio y un modelo político administrativo diferenciado del continental. En fin, Canarias posee una personalidad cultural acentuada, un hecho económico singular y unas costumbres y tradiciones diferenciadas, además de una modalidad lingüística propia.

Todos esos rasgos identificadores hacen que los canarios seamos un pueblo singular y diferenciado. Es lo que conocemos como hecho diferencial canario, el cual es definido, fundamentalmente, por tres factores:

El hecho geográfico, pues somos un archipiélago fragmentado en islas situado en una región estratégica del Atlántico, alejado del continente europeo, frente a la costa de África y a medio camino de América.

El factor económico, derivado de nuestra realidad geoestratégica y de un acervo económico y fiscal propio, cuyos fueros y reconocimiento se han ido asentando a lo largo de los siglos hasta llegar a constituir nuestro singular Régimen Económico y Fiscal.

Y el hecho histórico y cultural, que se ha ido construyendo a partir del substrato popular aborigen enriquecido por las aportaciones europeas (normandos, castellanos, portugueses, genoveses, flamencos, andaluces, gallegos, etc.) y americanas (paso obligado en la ruta de las Américas y por el retorno de colonizadores y emigrantes, principalmente de Estados Unidos, Cuba, Venezuela, Argentina y Uruguay, a lo largo de cinco siglos), lo que ha dado como resultado un mestizaje étnico y cultural único.

¿Qué es la canariedad?

Denominamos canariedad a la síntesis y asunción de los factores que definen el hecho diferencial canario, lo que ha dado lugar a una conciencia colectiva compartida de nuestra historia, de nuestras peculiaridades culturales, de nuestras singularidades económicas y de nuestros condicionantes geográficos.

Asumir nuestra canariedad, es decir, tener conciencia de que somos un pueblo con características propias, ni superior ni inferior a otros, pero con rasgos diferenciadores claros, y, además, ser conscientes de que tenemos derecho a sentir, pensar y expresarnos como tal, nos lleva a defender el concepto de identidad nacional canaria.

Y es, precisamente, la existencia de una identidad nacional canaria lo que nos mueve a asumir definitivamente nuestra condición de nación y, consecuentemente, que tengamos la firme voluntad de ejercer y potenciar nuestro autogobierno, ahondando en la búsqueda de mayores espacios de decisión propia, a la vez que seguir profundizando en la toma de conciencia y valorización de nuestras singularidades, como fundamento de nuestro orgullo y autoestima nacional frente a las corrientes de la globalización y la uniformización de los pueblos.

octubre 26, 2008

La Cataluña trasparente

Lo he oído en más de una ocasión. Las argumentaciones de uno suenan en el otro como imposibles. Viene al caso sobre la comparecencia en el Parlament del diputado de Ciutadans (para unos siempre Grupo Mixto aunque esté formado en su totalidad de personas de Ciutadans) Antonio Robles, ante el conseller de Educació, Ernest Maragall. El ex profesor de instituto hasta hace muy poco intentaba explicarle al siempre político la realidad según sus ojos, que pueden no ser los mismos que los del conseller.

Ante el resumen presentado por Robles sobre las aulas de acogida, Maragall le respondía con la típica cara de asombro de los que no quieren ver más allá de sus ojos. Decía el Honorable conseller que el país que Robles explicaba no era el suyo. Trillo aquí diría «manda huevos», pero como se trata de una grosería mejor la omitimos y reflexionamos sobre la cuestión.


Para hacerlo me acojo a las mismas palabras de Antonio Robles que fueron sabias, llenas de pedagogía, cierto cinismo y templanza.El diputado de Ciutadans le vino a decir que él entendía su sorpresa, era consciente de todo el mensaje del socialista y de cómo lo argumentaba. «El problema, señor Maragall, es que usted no entiende que yo exista». O lo que es lo mismo: no es computable (la informática es sabia) un individuo como Robles. No es asumible. Se explica diciendo que, por ejemplo, un diputado que esté por dar libros en castellano en estas aulas a niños ecuatorianos, aunque de esta forma vayan a encontrar mayor acogida en el país que, al principio, les es extraño, suena muy mal.

Dicho esto, la respuesta es la de siempre: «¿Es que ustedes siempre están con la obsesión de la lengua?». Es cierto. Le deberíamos dar la razón al señor Maragall. Por eso, últimamente me pregunto cómo se lucha contra una obsesión. En este caso no me refiero a la del señor Robles, sino a la de los muchos señores Maragall que redactan unos protocolos para los profesores que trabajan en las aulas de acogida donde el catalán es más importante que la limpieza de los lavabos o que las calorías de las comidas sean sanas.

¿Cómo se actúa desde el bilingüismo para buscar razones frente a las evidentes obsesiones por la lengua? Los diputados nacionalistas y del tripartito decidieron con la llegada de Ciutadans evidenciar que la obsesión de la lengua estaba en la cabeza de éstos. La reflexión es ¿cómo debe ser llamado el padre que se ofusca con los malos resultados de las notas de su hijo e insiste para que mejore?, o ¿cómo debe ser tratado el que se obceca porque su compañero de trabajo, por ejemplo, deje de fumar?

No estoy comparando situaciones negativas de nuestra sociedad con enfermedades crónicas, aunque es evidente que la inmersión o las sanciones lingüísticas son ejemplos negativos de nuestra sociedad, pero son en estas situaciones donde se refleja de forma clara el método de luchar contra una obsesión y como éste puede ser percibido como otra obsesión más, en este caso positiva.

Ernest Maragall acusa a Antonio Robles de siempre hacer el mismo discurso. Claro. Es la respuesta a otro discurso idéntico. La diferencia es que Robles entiende el rechazo o la ignominia que le produce su persona a Maragall y el conseller ni se la ha planteado.Esa es la diferencia.

Decir que Robles no conoce la escuela es como decir que el conseller Maragall se olvidó de la poesía de su abuelo. El diputado, antes de pisar la moqueta frondosa del Parlament hace dos años, vivía entre pupitres. El conocimiento del de Ciutadans sobre la escuela debe pesar en la política catalana como una fuente de información de primera línea.

Pero, seamos concretos. A lo que el diputado se refería en su crítica a «las guías de acogida lingüística» era justamente que se acogía al inmigrante en la lengua -catalana, por supuesto-, pero no en la cultura, la sociedad, las normas cívicas, el trabajo o hasta en la relación con los vecinos. Esas mismas instrucciones de acogimiento dejan claro que «hay que velar para que el catalán sea en el centro escolar la lengua vehicular en la familia y en el alumnado». Pero la lectura en voz alta de esa guía siguió en el Parlament y dirigida al conseller con la siguiente perla: «Es conveniente mantener el catalán y, si la compresión es difícil, utilizar imágenes, gestos, hablar con frases cortas y simples.Nuestra actitud es la de ser fieles al catalán».

Imaginen si el niño en cuestión es ecuatoriano o peruano. Interpretar los gestos con lo fácil que sería hablar en castellano, que en realidad -y nunca debe perderse de vista- su utilidad es sólo una herramienta de entendimiento entre personas.

Con posturas así es difícil no obsesionarse. Me recuerda la fábula del Rey desnudo. Mientras que toda la sociedad pacte que aquel individuo está en porretas no hay problema. Las dificultades comenzarán cuando alguien de la supuesta tribu (en sentido metafórico) decida denunciar al Rey la mentira. ¿Cómo creemos que actuará el pobre loco cuando intente explicar la desnudez real ante las críticas de sus conciudadanos?

Lo hemos explicado en muchas ocasiones. Cataluña es un país excesivamente poliédrico, donde nada es como parece, aunque se acerca a la realidad. Con ello no quiero decir nada, sólo que hay que esperar que cada día sean más los que vean al Rey en pelotas.

Álex Sàlmon

» Artículo publicado en El Mundo, edición Cataluña
» Ver intervenciones de los diputados de C's en el blog Ciutadans al Parlament

octubre 16, 2008

Siempre negativa, nunca positiva


A mediados del pasado año, en la revista Esprit, un especialista en el tema comentaba que "las personas que hoy se identifican como religiosas son menos creyentes que antes y los sin religión son menos ateos que antaño". Es muy probable que este diagnóstico sea globalmente certero, aunque a mí -por deformación ideológica, sin duda- lo que más me llama la atención sea su segunda parte. En efecto, ya no quedan ateos como los de antes o "increyentes", como se denomina a sí mismo Francisco Fernández Buey en un curioso artículo escrito junto al teólogo González Faus (¿Dios en Barajas?, EL PAÍS, 11-IX-08). En esa pieza escatológica se lamenta que los ideales ilustrados hayan desembocado en el relativismo posmoderno, dictamen papal ya conocido, y se recuerda que antaño, cuando se suponía que la muerte era paso a una vida mejor, accidentes trágicos como el de Spanair en Barajas causaban menos desolación. Supongo que por eso aún sigue siendo recomendable persignarse cuando el avión comienza a correr por la pista de despegue: por si fallan los alerones y hay que alcanzar el cielo por vía estrictamente sobrenatural...


Entre los nuevos increyentes (por no hablar de los creyentes "cultos") la excepcional estatura intelectual de Benedicto XVI se ha convertido en un acrisolado dogma de fe. Su reciente visita oficial a Francia ha provocado rendidos ejercicios de admiración. El ex director de Le Monde, Jean-Marie Colombani, en su artículo La inteligencia política del Papa (EL PAÍS, 16-IX-08) no sólo elogia su habilidad diplomática -que después de todo responde a una larga tradición vaticana- sino que le proclama "un intelectual de altura que disertó sobre la diferencia entre la teología monástica y la teología escolástica ante un auditorio de personalidades del mundo intelectual y cultural reunidas en París, muchas de las cuales fueron incapaces de seguirle". Hombre, francamente, dado que estamos, si no me equivoco, en el siglo XXI, cierta incapacidad para seguir con interés y aplicación disquisiciones como la mencionada puede no demostrar inferioridad especulativa sino salud mental. Por lo demás el resto de las afirmaciones papales en su jornada galicana, sosteniendo que "la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle sigue siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura" y que "una cultura meramente positivista (...) sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves" no pasan de ser proclamas obligadas y conocidas de su oficio, aliñadas de vez en cuando sin duda con cierta pedantería parroquial. De igual modo, y a mi entender, con mejor fundamento otros pueden afirmar que la renuncia al soborno celestial es el comienzo del verdadero pensamiento moderno y que los humanistas recibieron su nombre precisamente cuando dejaron de ocuparse de la teología. Por no hablar de posteriores afirmaciones papales como las hechas en el sínodo de obispos sobre que las "naciones antes ricas en fe van perdiendo su identidad por culpa de la influencia nociva y destructiva de la cultura moderna", o, respondiendo a la crisis económica, que "el dinero aparece y desaparece, pero Dios permanece" (supongo que por eso se muestra remiso a aparecer). Sin quitarle méritos a Benedicto XVI, en mi escala intelectual lo tengo decididamente más abajo que a Nietzsche, Freud, Bertrand Russell o Sartre, que mantenían sobre casi todo criterios diferentes a los suyos.

Sin embargo, para los laicos -creyentes o "increyentes", tanto da- el verdadero problema no es el papa Ratzinger, que dice y hace aquello para lo que fue elegido, sino el presidente Sarkozy. Hace tiempo leí a un historiador que, hablando de los primeros cristianos, decía: "Esperaban la llegada inminente del Mesías y llegó la Iglesia". Parafraseándole podríamos ahora afirmar que los partidarios del laicismo esperábamos desde mediados del pasado siglo la llegada de la auténtica libertad de conciencia institucional y lo que parece venir es la laicidad positiva. Aunque ese centauro ideológico no sea un invento del presidente francés, el bullicioso mandatario parece haberlo tomado en adopción. "Prescindir de las religiones es una locura, un ataque contra la cultura", dijo ante el Papa, que asentía con la cabeza (y quizá sonreía para sus adentros, aunque menos que Carla Bruni). Pero... ¿qué es la "laicidad positiva"? Pues aquella fórmula institucional que respeta la libertad de creer o no creer (en dogmas religiosos, claro) porque ya no hay más remedio, pero considera que las creencias religiosas no sólo no son dañinas sino beneficiosas social y sobre todo moralmente. "La búsqueda de espiritualidad no es un peligro para la democracia", asegura triunfal Sarkozy. ¡Claro que no! Pero ¿quién le ha dicho que la espiritualidad hay que buscarla prioritariamente en la fe o la religión? Más aún: ¿quién le ha ocultado que la crítica de los dogmas y la denuncia de las iglesias proviene de quienes buscaron -y buscan- realmente una espiritualidad que no se pare en barras... ni en reclinatorios?

Entre otros se lo recuerda Jean Baubérot, que es profesor emérito de historia y sociología de la laicidad en la Escuela Práctica de Altos Estudios (no, no es ateo sino protestante), en un libro interesante y divertido: La laicidad explicada al Sr. Sarkozy... y a quienes le escriben los discursos (ed. Albin Michel). Para Baubérot, la llamada "laicidad positiva" no es sino una forma de neoclericalismo, confesional pero no confeso. Y eso porque un Estado realmente laico no sólo no puede dejarse contaminar por ninguna religión, ni privilegiar ninguna de las existentes sobre las demás, sino que tampoco puede declarar preferible tener una religión a no tenerla. El lema que hoy trata de imponerse es: "crea en lo que quiera, pero tenga religión; siempre es mejor tener una religión que carecer de ella; a quien tiene religión no le sobra nada, mientras que a quien no tiene siempre le falta algo". La tentación viene de antaño y ya fue entonces denunciada. A mediados del siglo XIX, el gran erudito y pensador liberal Wilhelm von Humboldt prevenía contra cualquier posición activa del Estado en materia religiosa, aunque no fuera más que apoyando los sentimientos religiosos en general: "siempre entraña hasta cierto punto la dirección y el encadenamiento de la libertad individual". Tomo la cita de la imprescindible obra Difícil tolerancia (ed. Escolar y Mayo), de Yves-Charles Zarka, quien glosa así el pensamiento de Humboldt: "Toda acción del Estado en materia de religión, ya consista en dar protección a una religión determinada o a partidos religiosos o incluso a los sentimientos religiosos en general, transforma el Estado en una instancia más o menos opresiva. Evidentemente, la opresión es mayor en el caso de una religión determinada; pero incluso cuando pretende favorecer el sentimiento religioso en general, el Estado se interesa de hecho por una opinión determinada y se propone como meta asegurar la primacía de la creencia en Dios contra la incredulidad o el ateísmo".

La laicidad (que en buen castellano se llama laicismo) no necesita apellidos que la desvirtúen: "laicidad positiva" pertenece a la misma escuela que "sindicatos verticales" o "democracia orgánica". Pero su funcionamiento es siempre efectivamente negativo, porque rechaza cualquier injerencia de lo público en las creencias inverificables de cada cual... y de las creencias en las funciones públicas. Funciona en ambos sentidos: por ejemplo, el titular de EL PAÍS calificando al juez Dívar de "muy religioso" nos hizo respingar a bastantes por su clericalismo, aunque fuera del convento de enfrente. Pero algo más que respingos tuvimos que dar al ver al cardenal Rouco en la inauguración del año judicial o saber que sigue habiendo en el Ejército generales que son a la vez obispos... Lo único positivamente claro sobre la laicidad de nuestra democracia es su insuficiencia.

Fernando Savater

» Artículo publicado en El País

octubre 13, 2008

C's en la Feria Internacional del Libro Liber 2008



Durante los días 9 y 10 de octubre de 2008, nuestros compañeros de la Federación de Barcelona-ciudad, han realizado una campaña informativa en la Feria Internacional del Libro Liber 2008, coincidiendo con los dos últimos días de este importante evento en el que se dan cita profesionales libreros de todo el mundo.

Además de repartir folletos informativos de C's y manifiestos por la lengua común, han explicado profusamente a muchos de los asistentes a la feria la situación real que se vive en Cataluña en relación a la enseñanza y la imposición lingüística que se padece en las escuelas. La actuación de nuestros activistas ha tenido una excelente acogida y ha despertado mucho interés por conocer de primera mano la realidad sobre la campaña institucional de acoso al español que impulsan los partidos nacionalistas, con el PSC a la cabeza.

octubre 09, 2008

C's en la manifestación contra las 65 horas



Barcelona 07-10-2008: vídeo-reportaje con la participación de militantes y simpatizantes de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía en la manifestación contra la directiva europea que permite la ampliación de la jornada laboral a 65 horas semanales.

octubre 08, 2008

El porqué de la crisis



Vídeo extraído del programa The Last Laugh del humorista inglés George Parr, en el que se explican los factores que han desencadenado la crisis financiera actual y sus consecuencias.

octubre 07, 2008

7 de octubre: Jornada Mundial por el Trabajo Decente


Más de 120 países participan hoy en los actos y movilizaciones de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente convocados por la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación Europea de Sindicatos (CES), a la que pertenecen tanto UGT como CCOO, y a la que se han adherido diversas redes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s).

Las movilizaciones, que tendrán lugar desde Fiji hasta Alaska, se realizan para exigir cambios en la economía mundial, en un momento en el que la crisis financiera amenaza los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo. Se asegurará una cobertura electrónica en directo de las actividades realizadas en todo el mundo, incluida la transmisión de videos, fotografías y mensajes de los eventos en cada continente en el sitio Web especial para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.


Los objetivos de la jornada son tres. En primer lugar, la generalización del trabajo decente, concepto acuñado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999, y que se refiere a un trabajo desempeñado en un marco político y laboral en donde se respetan los principios y derechos fundamentales del trabajo que estableció la OIT en su Declaración de 1998; y un trabajo por el que se perciba un salario que permita al trabajador y su familia vivir con dignidad y con acceso a unas prestaciones sociales básicas.

La segunda exigencia es que los Gobiernos y las instituciones internacionales adopten las medidas necesarias para que se alcancen, en 2015, los objetivos del milenio definidos por la ONU para la reducción de la pobreza en el mundo. Los compromisos adquiridos por los Gobiernos no se cumplen, y de seguir las cosas como hasta ahora no se alcanzarán los objetivos.

En Europa, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha incluido un tercer punto en su llamamiento europeo: el rechazo al proyecto de Directiva de las 65 horas de tiempo de trabajo que el Consejo Europeo aprobó el pasado mes de junio.

C's ha anunciado que se suma a la movilización contra la directiva europea de las 65 horas y estará presente en las manifestaciones convocadas en Barcelona a las 19 horas en Vía Layetana y en Madrid en la Plaza Mayor a las 18:30 horas.

octubre 05, 2008

Más naciones

Un titular de ABC me llama la atención: "La Nación filmada". ¿Las naciones se filman, como se fotografiaban los ectoplasmas en aquellas sesiones de espiritismo científico en las que tenían tanta fe inteligencias de primera clase como W. B. Yeats o Arthur Conan Doyle? Yo imaginaba que las naciones, como los fantasmas, eran entidades inefables, dotadas de una existencia conjetural o metafórica, sólo indudable gracias a un acto de fe. Las naciones, ha observado el historiador José Álvarez Junco, tienen una naturaleza paradójica: por una parte, según sus adeptos, han persistido rocosamente idénticas a sí mismas desde tiempo inmemorial; por otra, han de ser construidas o forjadas mediante esfuerzos educativos colosales, que suelen incluir la exposición de las mentes más jóvenes a dosis alarmantes de historia embustera y mediocre literatura.


La nación se construye, se forja. La nación se filma. A lo que se refiere el titular de ABC es a una película de José Luis Garci a punto de estrenarse, Sangre de mayo, que al parecer se inspira en uno o dos Episodios de Galdós para fantasear sobre la sublevación del 2 de Mayo en Madrid, con gran lujo de extras vestidos de manolos y chisperos y de protervos soldados franceses montados a caballo, exhibiendo corazas y penachos, esgrimiendo sables ensangrentados, cayendo abatidos por las navajas y los garrotazos del pueblo noble y heroico, de la Nación con su mayúscula de fervor colectivo y existencia indudable. La cultura española, me dijo hace poco melancólicamente un alto cargo del ramo, se extiende entre el principio del Paseo del Prado y el final de Recoletos, desde el Reina Sofía hasta la Biblioteca Nacional. La nación española, reverdecida por esta sangre cinematográfica de Garci -las naciones, por algún motivo, se robustecen gracias a los derramamientos de sangre- comprende el territorio modesto de la Comunidad de Madrid, en el que este segundo centenario del 2 de Mayo ha despertado un curioso fervor de celebraciones patrióticas. Si todo el mundo tiene su nación, ¿por qué nosotros íbamos a ser menos? Y no una nación cualquiera, una nación tibia, basada en esos principios de concordia constitucional que no entusiasman a nadie, y que tienen la antipatía de un matrimonio arreglado: una nación como Dios manda, con un pueblo primigenio y bravío, con retumbar de cañonazos, con vivas y mueras en las gargantas roncas, una nación con testosterona.

Hace un siglo los gobiernos todavía encargaban pinturas de historia de extensión panorámica para celebrar las glorias de la patria. Ahora se ve que encargan películas. También grandes exposiciones y montajes de mucho aparato teatral, en los que nunca falta la tradicional provocación vanguardista aportada por La Fura del Baus. En ABC José Luis Garci le da las gracias a Esperanza Aguirre y a su opulento mecenazgo oficial, como el artista que besaba con reverencia la mano de su patrón aristocrático en el Antiguo Régimen. La parte más leída de la derecha española invoca a veces el universalismo ilustrado para llevar la contra a los nacionalistas de la periferia, pero en este centenario del 2 de Mayo se ha lanzado desatadamente, al menos en Madrid, a un nacionalismo que copia sin reparo el de sus adversarios y al mismo tiempo recupera los decorados más arcaicos de cartón piedra, los trajes de época más apolillados de la patriotería hispana. De pronto es como volver a las ilustraciones de las enciclopedias escolares, a las películas grandilocuentes de los años cuarenta, a Daoíz y Velarde, a Agustina de Aragón. Individuos con patillas largas y pañuelos a la cabeza llaman gabachos a los franceses y disparan trabucos. Las divisiones de clase se disuelven en el fiero entusiasmo unánime contra el invasor. ¿Quién va a negar la existencia de la nación española, si se alzó victoriosamente contra Napoleón, si hasta puede ser filmada?

Contra los delirios de la política y de la ideología el mejor antídoto es el trabajo de los historiadores. Espantado por el regreso de la épica del 2 de Mayo -la épica es siempre el envoltorio palabrero de la carnicería- voy a buscar refugio en el historiador Álvarez Junco, en un libro literalmente imprescindible, Mater Dolorosa: la idea de España en el siglo XIX, que trata del modo en que hechos históricos y puras ficciones se mezclan para crear la leyenda de un pasado nacional que legitime los sueños o los desvaríos políticos del presente, que dé algo de solidez al terreno movedizo en el que suele asentarse cualquier tentativa de comunidad civil. A lo largo del siglo XIX, el 2 de mayo de 1808 dejó de ser un acontecimiento confuso y ambiguo, fácilmente desfigurado por el recuerdo, sometido al escrutinio de la historia, para convertirse en el día sagrado de la fundación nacional. Fundación de lo nuevo y también despertar de lo antiguo: el problema es que ese espejismo de unanimidad encubría explicaciones de los hechos opuestas entre sí, relatos que tenían en común poco más que los detalles escenográficos. Para los liberales, el pueblo sublevado era la encarnación de la soberanía nacional, y por tanto de las libertades constitucionales que habrían de barrer el Antiguo Régimen; para los reaccionarios, el pueblo era la noble masa oscurantista y católica alzada en rebeldía contra las ideas extranjeras y corruptoras de la Revolución Francesa; el pueblo, analfabeto y primigenio, desbordó a las élites ilustradas que se hicieron cómplices del invasor y preparó el terreno para el regreso triunfal del rey absoluto, don Fernando VII. Muchos años después, cuando la guerra casi había desaparecido de la memoria viva, en los tiempos de frágil esperanza liberal de la Revolución de 1868, Benito Pérez Galdós fijó la épica liberal y popular del 2 de Mayo, en la primera serie de los Episodios Nacionales.

Pero muy pronto, en la 'Segunda serie', la cándida ensoñación progresista de los primeros episodios se contamina de desaliento y oscuridad, como si de las litografías patrióticas en colores chillones Galdós hubiera pasado a las tinieblas siniestras de los Desastres de la guerra, donde Goya no dejó ni un resquicio para las mentiras de la épica. En la primera serie Gabriel Araceli empieza siendo un pícaro y llega a ser un héroe; en la segunda, su protagonista, Salvador Monsalud, tiene la pesadumbre de quien se encuentra atrapado por los espectros de un país fratricida. Lo que hay en Goya y en el Galdós desengañado es una forma de lucidez incompatible con los entusiasmos baratos del patriotismo y con la complacencia que debe de sentir quien se imagina miembro de una colectividad sagrada, limpia de culpa y de mancha, separada de los extranjeros y de los enemigos por una línea indudable. La Guerra de la Independencia, que según Álvarez Junco tardó mucho en llamarse así, fue sobre todo, como cualquier guerra, un vendaval de destrucción y de envilecimiento, de crueldad sin motivo y sacrificio de inocentes; también una guerra civil cuyas heridas, en lugar de curarse, se agravaron a lo largo del siglo, con una persistencia en la discordia y el desastre de la que nadie, ni el patriota más obtuso, puede estar orgulloso. Como Luis Cernuda en el destierro, la única patria en la que uno se siente acogido es el país ancho y generoso que inventó Galdós.

Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo XIX. José Álvarez Junco. Taurus. 304 páginas. 22,95 euros.

Antonio Muñoz Molina

» Artículo publicado en Babelia, el suplemento cultural de El País

octubre 04, 2008

Vídeos con los discursos completos de la manifiestación contra la imposición lingüística en Barcelona





Parlamentos completos del acto final de la manifestación que, convocada por Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, se llevó a cabo en Barcelona el 28-09-2008, contra la imposición lingüística en las escuelas.

octubre 03, 2008

Montilla fomenta la catalanofobia (en la intimidad)

Ayer, en el Debate de Política General que se celebró en el Parlamento autonómico catalán, Albert Rivera defendió de nuevo que los escolares catalanes puedan recibir las clases tanto en catalán como en castellano (y también, en lo posible, en inglés) en la escuela pública.

Como buen nacionalista catalán que es, José Montilla se tomó la propuesta como un "ataque al catalán" y acusó a Rivera de "avivar la llama de la catalanofobia".


Es conocido que Montilla eligió escolarizar a sus hijas en el Colegio Alemán de Barcelona, un colegio extranjero privado que imparte sus clases en varios idiomas. Esto es lo que dice el folleto de la escuela en el apartado de Enseñanza Primaria:

Los niños de lengua materna alemana, española o catalana participan conjuntamente en las clases según el plan de estudios alemán. El Alemán y el Español se enseñan según los criterios de lengua materna. También se imparten clases de Catalán a todos los cursos.

Por tanto, podemos afirmar que, en su vida privada, Montilla ha escogido "atacar al catalán" al llevar a sus hijas a un colegio en el que no hay inmersión lingüística sino una educación plurilingüe. El President de Cataluña, según sus propias palabras, está fomentando la catalanofobia.

octubre 02, 2008

Vídeo resumen de la manifestación contra la imposición linguística



Resumen de la manifestación que, convocada por Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, se llevó a cabo el 28/09/2008 en Barcelona como protesta contra la imposición lingüística en las escuelas.

Salvar al apóstata


De todo hace mucho tiempo. Incluso de Franco. Pero en aquellos tiempos lejanos el abajo firmante decidió contraer matrimonio civil. Tenía 21 años y uno de los papeles necesarios era, ya ven, un certificado de apostasía. Recuerdo perfectamente aquel momento. El párroco, un hombre joven, me atendió sin ningún tipo de extrañeza. Hablamos un largo rato. De la universidad, del amor, un poco de política, también de la necesaria burocracia. Me extendió una hoja de papel mecanografiado en el que figuraban todas las renuncias a las que, ante la pila bautismal, se había comprometido en mi nombre mi padrino cuando era bebé. Una a una fui firmando esas frases y allí donde ponía "renuncio" yo tenía que firmar bajo la palabra "acepto".


Tal vez un extraño escalofrío me sacudió cuando tuve que estampar mi firma bajo un texto en el que más o menos se venía a decir que aceptaba a Satanás y a sus pompas. Le dije al párroco que yo, personalmente, no tenía ningún interés en abandonar la fe de mis padres, que lo único que deseaba era casarme ante un juez o un alcalde como hacían los ciudadanos de la República Francesa. El sacerdote, comprensivo, me deseó que fuera muy feliz. Él se guardó aquel documento, me extendió una copia para el juzgado y salí a la calle convertido en un apóstata perplejo y escasamente convencido, no sin antes sentarme unos instantes en los bancos de la iglesia para despedirme de ritos, emociones, imágenes y esperanzas. No me sentí más libre ni más huérfano. Y, a pesar del papel, puedo afirmar que siempre he sabido intuir dónde se encontraba el tal Satanás y sus famosas pompas.

Y ahora leo que el Supremo acaba de fallar contra los ciudadanos que, en uso de sus convicciones, desean abandonar la Iglesia católica y que no quede ni rastro de su nombre en los archivos. Naturalmente, ahora son otros tiempos. Cuando me forzaron a apostatar, el Concordato dotaba a la Iglesia de importantes recursos. Ahora, en cambio, hay que avalar las necesidades de la Iglesia en función de los fieles inscritos. No es una cuestión teológica, sino económica.

A los apóstatas actuales se les niega jurídicamente la posibilidad de borrar su paso por la Iglesia. Sé que sus motivos no son los míos. Alguna vez entro en el templo y ni Dios ni yo nos acordamos de aquel infausto papel que me vi obligado a firmar por una doble cuestión de amor y de amor propio. Pero la libertad de elegir debería tener en la burocracia eclesial y en sus monaguillos judiciales una salida justa para aquellos que simplemente no quieren seguir. La generosidad cristiana debería entender que fuera de la Iglesia también hay salvación para los críticos.

Joan Barril

» Artículo publicado en El Periódico

octubre 01, 2008

De Velintonia a Catalonia


A mediados de julio de 1952, el señor Carles Riba se desplaza a Madrid a fin de entrevistarse con Gabriel Arias Salgado, ministro de Información del Régimen. Apenas un mes antes -en el transcurso de un mítico Congreso celebrado en Segovia por iniciativa de Santos Torroella- los grandes nombres de la poesía catalana, con Riba a la cabeza, habían compartido mesa, mantel y versos con sus colegas de más acá del Ebro cosechando un exitazo que ni José Tomás dejándose hincar el cuerno. ¿Había llegado el tiempo -se preguntaban muchos- de abandonar las covachuelas resistentes y presentar batalla en campo abierto? La figura de Riba iba de boca en boca, de tertulia en tertulia, de un cortadito a uno con leche. Se convirtió en antídoto contra el lirismo autárquico, funcionarial y espeso; contra la estática imperial (estática, no estética) y el complejo de culpa que, sin venir a cuento, acogotaba al poblachón manchego. No es raro, pues, que estuviese «triomfant», no sólo satisfecho. «Els catalans es van fer els amos», escribe Joan Oliver a raíz de la excursión a la meseta. Y se hicieron los amos, en efecto, ya que era de justicia rendirse a su talento. De justicia poética.


Un súbito ataque de autoestima explicaría por qué Riba, el Maestro, se plantó, aquel verano, en la garita de Gabriel Arias Salgado, el Centinela -¡Alerta!- de la moral y la decencia (Arias Salgado era tan meapilas y se tomaba a sí mismo tan en serio que se jactaba del número de almas que, gracias a su labor como censor, se habían salvado del infierno). Confiando en la tímida apertura que apadrinaba Ruiz-Giménez, el autor de «Elegies de Bierville» creyó que era viable que el franquismo otorgase, de pronto, el «nihil obstat» a una revista en catalán por muy lírica que fuera. Naturalmente, todo quedó en agua de borrajas y no se remató el soneto. (Bueno, no todo: a falta de otra cosa, Riba conseguiría que su hijo pudiera presentar la tesis doctoral saltándose los plazos académicos. Menos da una piedra).

Pocos días después, José Luis Cano, responsable de «Ínsula» (la nave capitana de la literatura de posguerra) se personó en el chalet de Velintonia a fin de hablar con Aleixandre de la necesidad imperiosa de continuar tendiendo puentes a los autores periféricos. El poeta se mostró dispuesto a ello sin ocultar, empero, sus recelos hacia el catalanismo, sus objetivos últimos y su auténtica meta [cita extraída de un artículo del propio José Luis Cano]:

Los catalanes no se contentarán con que puedan publicar sus libros en catalán, lo que es enteramente justo, sino que en una nueva etapa, cuando llegue, si es que llega, la democracia, querrán que toda la enseñanza en Cataluña se dé en catalán, y el castellano quede completamente desplazado y se estudie sólo como un idioma más, como el francés. A esa desmembración lingüística me opondré siempre, como se opusieron Unamuno y Ortega en el Parlamento de la República.

Jordi Amat, en «Las voces del diálogo», un libro imprescindible si se pretende colocar los acontecimientos actuales dentro de su contexto, nos da cuenta cumplida de aquellas fechas y de aquellos hechos y todo lo anterior (excepto los errores, si acaso los hubiese) le pertenece por completo. Lo que aglutina a los personajes de su historia es que intentaron -lo mismo que Unamuno y Maragall en otra época- forjar un espacio en el que la confrontación se diluyera en el entendimiento. A Carles Riba le repugnaba Arias Salgado y, aún así, entróse en la caverna puesto que comprendió que la inacción y el victimismo desembocaban en una vía muerta. Vicente Aleixandre le vio el colmillo al lobo, la cola y las orejas, pero, aún así, empeñó su prestigio apoyando a la «llengua» frente a los desafueros.

Luego de medio siglo, el idioma de Riba, el de Manent, el del inmenso Foix («Sol, i de dol, y amb vetusta gonella...») ya no es un instrumento del espíritu, sino una herramienta que emplea sin recato -bien sea para aflojar la pela o bien para apretar las tuercas- una casta política voraz y analfabeta. Y, mientras los inquisidores medran y la estupidez campea, los creadores brillan por su ausencia. Al español se le ha expulsado de la escuela y el catalán carece de maestros. ¡Ay, don Vicente, y no quisieron creerle! De Velintonia a Catalonia. Este país es un poema.

Tomás Cuesta

» Artículo publicado en ABC