Una tarde de compras por las Ramblas
Ayer tuve que subir a Barcelona por diferentes cuestiones. Acabé lo que tenía que hacer y, como me faltaba más de una hora para el tren, me bajé por las Ramblas en dirección del café de La Ópera a echarme una cerveza. Al pasar por los porches donde está la Llibreria de la Generalitat, decidí entrar a comprarme un ejemplar del Estatuto y de paso chafardear un poco, ciudadanamente hablando.
- Bona tarda.
- Bona tarda, senyor . Què dessitga?
- Doncs miri, volia dos exemplars de l’Estatut, un d’ells en català i l’altre en castella (je,je, estaba convencido que le había pillado, estaba seguro que no lo tendría en castellano y ya empezaba a redactar mentalmente la instancia de protesta correspondiente)
Se alejó la señora hacia las estanterías: tok tok tok tok tok (llevaba unos tacones que sonaban como una txarlaparta). Al medio minuto ya estaba de vuelta:
- Aquí els té, (Glup!, mi instancia mental a la papelera, por listo).
- Quin preu tenen?
- Nou euros.
- Tots dos?
- No senyor, cada exemplar nou euros, en total divuit. (cony, vaya precio pensé, esto es poner la política al servicio del pueblo) Dessitga alguna cosa més?
Dado que estaba guerrero y no me quería marchar sin presa política que llevarme a mi espíritu reivincadicativo, decidí atacar a seguro.
- Doncs si: vull un ejemplar de La Constitució Espanyola, pero en català. (Estaba convencido que la pobre dama ya no tenía escapatoria)
Tok tok tok tok tok tok tok. No tardó ni quince segundos en volver.
- Aquí la té (¡Tierra trágame!, todo mi gozo ciudadano peleón en un pozo)
- Quin preu té?
- Un euro. En total dinou.
Pagué y salí a la Rambla otoñal todo pensativo. Muchas cosas me pasaron por la cabeza (“Vaya timo el Estatut!!”, “el negoci és el negoci”, etc) , pero llegué a una lúcida conclusión política: “Ahora entiendo porque la Constitución fue votada con una participación del 70% de los cuales un 90% fueron votos positivos, en cambio con el Estatuto la participación no llegó al 50% de los cuales más de un 30% votaron que no. No me extraña , ¡CON ESTOS PRECIOS!”
J.A.
- Bona tarda, senyor . Què dessitga?
- Doncs miri, volia dos exemplars de l’Estatut, un d’ells en català i l’altre en castella (je,je, estaba convencido que le había pillado, estaba seguro que no lo tendría en castellano y ya empezaba a redactar mentalmente la instancia de protesta correspondiente)
Se alejó la señora hacia las estanterías: tok tok tok tok tok (llevaba unos tacones que sonaban como una txarlaparta). Al medio minuto ya estaba de vuelta:
- Aquí els té, (Glup!, mi instancia mental a la papelera, por listo).
- Quin preu tenen?
- Nou euros.
- Tots dos?
- No senyor, cada exemplar nou euros, en total divuit. (cony, vaya precio pensé, esto es poner la política al servicio del pueblo) Dessitga alguna cosa més?
Dado que estaba guerrero y no me quería marchar sin presa política que llevarme a mi espíritu reivincadicativo, decidí atacar a seguro.
- Doncs si: vull un ejemplar de La Constitució Espanyola, pero en català. (Estaba convencido que la pobre dama ya no tenía escapatoria)
Tok tok tok tok tok tok tok. No tardó ni quince segundos en volver.
- Aquí la té (¡Tierra trágame!, todo mi gozo ciudadano peleón en un pozo)
- Quin preu té?
- Un euro. En total dinou.
Pagué y salí a la Rambla otoñal todo pensativo. Muchas cosas me pasaron por la cabeza (“Vaya timo el Estatut!!”, “el negoci és el negoci”, etc) , pero llegué a una lúcida conclusión política: “Ahora entiendo porque la Constitución fue votada con una participación del 70% de los cuales un 90% fueron votos positivos, en cambio con el Estatuto la participación no llegó al 50% de los cuales más de un 30% votaron que no. No me extraña , ¡CON ESTOS PRECIOS!”
J.A.
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