Gracias, gràcies, Albert

Después de comer, mi familia y yo encendimos el televisor para ver el debate del Parlament. En ese momento hablaba Saura, una incansable máquina de repetir consignas y palabras-marca huecas de contenido que, junto a los efectos de una comida demasiado abundante, hicieron que me venciera el sueño.

Al despertar, percibí una voz y un idioma distino: era Albert Rivera, dirigiéndose en castellano al candidato a presidir la Generalitat. Que algo tan normal en la calle sea emocionante para muchos se explica fácilmente con un dato: la última vez que alguien usó el castellano en esa cámara fue hace 10 años, y sufrió el desprecio de la mayoría de los diputados.

Cuando Montilla se dispuso a comenzar su turno de réplica, parecía incluso posible que respondiera en castellano. Pero no, el catalán de Iznájar siguió hablando en catalán, y Rivera, con naturalidad, también lo hizo así en su última intervención.

Albert solo recibió en el Parlament los tímidos aplausos de los otros dos diputados de C's, pero estoy seguro de que muchos miles de catalanes también aplaudimos desde nuestras casas (al menos, los que nos despertamos a tiempo).

Gracias Albert, gràcies Ciutadans!