noviembre 27, 2006

El gran Montilla y el pequeño ciudadano

Aburridos de la Historia, que solo nos da disgustos y últimamente en sobredosis con la amenaza, entre otras que corren por los medios informativos, de devolvernos a Lerroux vivito y coleando sobre las cabezas ciudadanas, nuestros políticos, compasivos y enterados de nuestros padecimientos han optado estos día por liberarnos de la humana historia y han recurrido a la Sagrada con un símil de David y Goliat, que el presidenciable Montilla se ha prestado a representar en tono de comedia para todos los ciudadanos en la preconfiguración del parlamento catalán que le investirá president el próximo martes. Lástima que a su papel de Goliat no se adaptara el de su David de la cámara, el pequeño ciudadano Albert Rivera.

Se esperaba el discurso de Montilla con expectación inusitada; el reto era difícil:
  • Defender y positivizar el fracaso de su partido en la legislatura anterior, de la que salió por piernas anticipadamente y erigirse ganador en la actual, habiendo perdido 140.000 votos desde las anteriores elecciones y sus escaños correspondientes más la abstención creciente que disminuye su representatividad real y le coloca tanto por la cuenta de la vieja como por "la on line" perdedor sin lugar a ninguna duda razonable.

  • Convencer a los catalanes, hastiados del nefasto tripartito caracterizado por el desgobierno y el ensimismamiento de un discurso nacionalista excluyente y de manifiesta confrontación contra la pluralidad de la población catalana y española, de que con más de lo mismo y peor ( al abandono de sus votantes se añadió el significativo apoyo de la ciudadanía catalana a alternativas no nacionalistas) él, el Gran Montilla, nos ha pedido afecto y comprensión mientras él hará lo que dejaron pendiente de hacer los mismos diputados que ahora le acompañan y que no hicieron en su día por rendición y asimilación del nacionalismo identitario y étnico que practicaron en los últimos tres años.
Comprensión, afecto y ¡desmemoria! debería haber añadido en la petición para convencer, pues con la memoria intacta solo pueden ser convencidos los autores del desgobierno anterior que sentados en la cámara catalana rieron y aplaudieron como si de una gracia se tratase, la acusación que Montilla hizo a Albert Rivera de ser el único que había mencionado las cuestiones identitarias "que no importan al ciudadano" y el hombre de acero, también rió cuando lo dijo.

En la Historia Sagrada al menos nos queda el consuelo de que David con su honda derribó a Goliat, en el hemiciclo catalán nos quedamos con la amarga imagen de ver a Goliat reirse coreado por su séquito al tiempo de arrebatarle a David su honda y arrojársela a la cara, que volviendo el símil a la Cámara y para entenderlo sin más digresiones se puede concretar con la intervención de Montilla:

Los nacionalistas ya no lo son, se acabó ser excluyentes, a partir de ahora harán políticas ciudadanas y para todos, del ostracismo del castellano y sus hablantes, incluidos los escolares más pequeños ¡nada!.

En cuanto a Albert Rivera y su formación política ciudadana: Si insisten en demandar políticas ciudadanas y gobierno para nacionalistas y para los que no lo son, se debe a que son unos inadaptados que se niegan a peder su memoria reciente y no se enteran de que el nacionalismo excluyente ha muerto y en los mismos cuerpos que lo contenían ha renacido la democracia participativa y la política integradora de las distintas sensibilidades.

¿Será verdad que Lerroux, a fuerza de tanto invocarlo "los medios" ha resucitado y a modo de espíritu Santo cayó sobre la Cámara y con un punto de exclusión (para no perder los hábitos) no afectó con sus vibraciones a los tres parlamentarios ciudadanos y los dejó con la memoria intacta?.

No hay que perder de vista estos milagros, continuarán en el Parlamento Catalán desde el mismo 28 N.

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