abril 23, 2008

Herralde: "Sant Jordi ha muerto de éxito"





El editor augura que solo dos o tres de los autores catalanes presentes en Fráncfort sobrevivirán en Alemania.

Una lección magistral sobre la edición en Catalunya, de la que Jorge Herralde, a bordo de Anagrama, ha sido durante casi 40 años --su sello editorial los cumplirá el próximo-- uno de sus actores principales. En eso se convirtió ayer su participación en el foro Tribuna Barcelona, con el añadido de algunas opiniones contundentes en cuestiones colaterales para él. Como la mercadotecnia que en estos días previos a la diada se apodera del sector. "Yo no publico en catalán ni tampoco libros creados específicamente para ser vendidos al instante. Pero añoro las festividades de Sant Jordi de hace años. En los últimos tiempos la diada ha muerto de éxito (comercial) y raramente se resucita después de morir, aunque sea de éxito", dice con la tranquilidad manifiesta de quien se ha colocado al margen.

Esa situación le permitió calificar al mediático Boris Izaguirre como un hombre "muy inteligente" y a la vez un "autor muy mediocre" y de reiterar que la presencia catalana en Fráncfort se basó en un "gigantesco equívoco" del Institut Ramon Llull. "Los alemanes, para bien o para mal, son muy disciplinados y suelen editar 40 o 50 títulos de la cultura invitada, pero solo subsisten dos o tres". Junto a ese personal balance, el editor recuerda con ironía algunas opiniones vertidas al respecto, según las cuales "ser la cultura invitada era como si hubiéramos ganado los Juegos Olímpicos".

Ser el descubridor de algunos de los nombres claves del panorama literario español y latinoamericano y artífice de uno de los catálogos internacionales de más prestigio permitió a Joan Barril --que ofició de presentador y que será a su vez uno de los escritores de la jornada de mañana-- definir a Herralde como un editor del siglo XIX que "no solo vigila, selecciona y está muy cerca del autor, sino que además mejora el producto y nos lo hace saber" y en un guiño dedicado a los fastos que rodean al nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón dijo que el editor barcelonés "no necesita alquilar el Liceu para promocionar a sus autores".

Aprovechó Herralde la situación para hacer una encendida defensa del precio fijo del libro. En su opinión, la historia demuestra que el precio fijo "es absolutamente beneficioso e imprescindible para el menú cultural de la sociedad". Y se remitió a dos experiencias cercanas para impulsar esa modalidad. La francesa, impulsada por el ministro de Cultura Jack Lang y el editor Jérôme Lindon, y la inglesa, que fue frenada por dos importantes editoriales, Harper Collins y Randolph House.

RESULTADOS

"Pues bien, 25 años después, las librerías inglesas parecen clónicas unas de las otras, mientras que en las de París prolifera una enorme y variada oferta, desde los títulos más comerciales hasta los más minoritarios, que las hace muy interesantes". También advirtió de una cierta tendencia a torpedear el precio fijo "que será un dique de ayuda para los nuevos autores, las librerías independientes y para los lectores inquietos".

El editor aprovechó también la conferencia para hacer un llamamiento a las administraciones a fin de que se responsabilicen de la conservación de los viejos archivos de las editoriales y de los legados literarios de los escritores que fallecen. Anunció que la agente literaria Carme Balcells tenía un proyecto al respecto para situar estos archivos en los antiguos cuarteles del Bruc que finalmente ha quedado encallado. "Sería muy interesante que los responsables culturales del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona y de la Generalitat reflexionasen sobre ello para que el capital cultural de Barcelona no se pierda y finalmente acabe en el trapero o en universidades norteamericanas como Princeton".

» Artículo publicado en El Periódico de Catalunya

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