Lucha intestina en ERC

Lo que se ha desatado como guerra por el poder en el seno de Esquerra, corre el riesgo de poner en peligro la estabilidad del Gobierno tripartito de la Generalitat pese a que los protagonistas del enfrentamiento hacen públicas manifestaciones de que esto no ocurrirá. Porque las peleas se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban, y el president Montilla, gran triunfador de la jornada electoral y esforzado gestor de la estabilidad del Govern, puede acabar pagando la debacle de Esquerra en las urnas.

Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de ERC y vicepresident de la Generalitat, y Joan Puigcercós, secretario general --que ha dejado el Govern de Catalunya para preparar un congreso que descabalgue del poder a su rival y ponga fin a una bicefalia iniciada en 1996 y que hoy hace aguas--, intercambiaron ayer los primeros reproches. Y Puigcercós, que se hará cargo ahora de la presidencia del grupo parlamentario, puede estar tentado a ejercer de oposición para afianzar su posición interna, lo que acarreará verdaderos dolores de cabeza a Carod y a Montilla.

Pero, además de una pelea personal por el poder, hay también una discrepancia sobre el modelo de partido y de dirección; no tanto entre Carod y Puigcercós como entre aquel y el núcleo duro que apoya al secretario general.

Esta pelea no debería ocultar a los dirigentes de Esquerra la necesidad de sacar conclusiones del retroceso electoral de las opciones nacionalistas, y soberanistas en particular, muchos de cuyos anteriores votantes se han ido al PSC porque era el único partido que ofrecía a un tiempo una política para Catalunya y para España. Los partidos, para tener éxito, deben trabajar sobre el país real y no sobre el país imaginario.

» Editorial de ayer de El Periódico de Catalunya
» ABC: Guerra abierta en ERC
» La Vanguardia: Jaque a Carod