febrero 08, 2008

Cortinas de humo

Cuando Rajoy acusa al PSOE de utilizar a los obispos como "velo que le exime de hablar de las cuestiones que importan a los españoles", lo que realmente está dando a entender es que sigue el método que unos y otros practican y que consiste en soslayar tales cuestiones cubriéndolas con cortinas de humo, para dedicarse por entero a sus intereses partidistas que no suelen coincidir con los intereses ciudadanos.

No le faltaría razón a Rajoy al expresarse de tal guisa si practicara la transparencia en su quehacer político, pero su actuación y la de su partido no se distinguen precisamente por practicar pedagogía política sino por contribuir a la intoxicación informativa con que partidos políticos y medios de comunicación entretienen a la población y le escamotean la justa dimensión de los aconteceres importantes del ser humano, uno de los cuales es recibir información veraz para afrontar las tesituras cotidianas.


La polémica de estos días con los obispos es representativa de la deformación informativa que padecemos a diario y curiosamente ha coincidido con la exoneración de los médicos de Leganés, víctimas de una polémica perversa, en la que los médicos fueron acosados y difamados brutalmente, ambas surgieron por intereses partidistas, ambas perjudican al ciudadano y una y otra muestran por sí mismas la falta de transparencia y el exceso de humo ambiente, todo el daño causado con objeto de ganar la intención de voto del electorado. Extraña manera de transparencia simbolizan.

En la primera, referida a los obispos por su más o menos explícita petición de voto para los partidos que no negocien con los terroristas - haciendo caso omiso de que no existen pruebas de negociación alguna - el PP consiente y apoya la falsedad porque da por hecho que saldrá beneficiado en las urnas, el PSOE - que ve sus votos en peligro - se defiende amenazando a los obispos con cambiar en el futuro las relaciones preferenciales que el gobierno mantiene con la Iglesia Católica, aunque no se plantea una revisión de los acuerdos financieros con la jerarquía episcopal ni los pactos con la Santa Sede. Rodríguez Zapatero matiza que el trato preferencial a la Iglesia se consiente por "respeto a los ciudadanos católicos", votantes del PSOE en un 78,7 %, según el CIS.

En nada de las palabras dichas y escritas estos días, puede deducirse que persigan el interés ciudadano, más bien se aprecia una discriminación positiva hacia la iglesia católica - ésta trabajando para un partido político - que aumenta su patrimonio económico a costa de los impuestos de los feligreses y de los que no lo son, en menoscabo de las demás instituciones religiosas y de los ciudadanos laicos, sin que esa bonanza económica revierta en el conjunto social que además contradice los principios de igualdad presentes en la Constitución, que unos y otros pretenden respetar.

En la segunda polémica, el PP gana protagonismo al precio de provocar una alarma social innecesaria, perversa y además falsa, con objeto de perturbar al Gobierno, queriendo hacerlo responsable del mal funcionamiento de la Sanidad Pública - en teoría subsidiaria del Estado y en la práctica, mal gestionada por las autonomías (con el agravante de ser la Sanidad de Madrid dependiente del gobierno autonómico del PP) -.

La persecución que sufrieron los médicos del Hospital Severo Ochoa, por cumplir con su trabajo de la forma más humanitaria que permite la ciencia y la ley, no solo sirvió para enfrentar a ciudadanos mal informados con los responsables directos de aliviar su dolor, creando una mala disposición para la relación médico- enfermo, con un quebranto inmerecido en las vidas de estos médicos sino que afectó seriamente al crédito de los usuarios de las instituciones sanitarias públicas; cuestiones que importan al ciudadano y que el PP no dudó en maltratar por intereses políticos, tal vez inconfesables - no lo sabemos - pero en cualquier caso, no explicados.

El PSOE no es más inocente que el PP en la deconstrucción de las cortinas de humo, le cabe la responsabilidad - entre otras - de haber convertido la Sanidad Pública en un coto privado de gestión política de partido, que cambia de manos según el vaivén de las elecciones, en el que los profesionales sanitarios nada deciden ni tampoco intervienen en la planificación sanitaria con la consiguiente desmotivación y hastío, claramente perjudiciales para la atención que dispensan.

Polémicas vacías de contenido y llenas de perversión política son la causa de que las cuestiones que importan al ciudadano no se resuelvan nunca, porque lo que importa a los políticos es resolver su presente y su futuro personal que tienen asegurado siendo fieles a su partido y mirando para otro lado - tendiendo un tupido velo - cuando la solución de los problemas ciudadanos exige más amplitud de miras que vivir cómodamente a cuenta del Estado aunque sea a costa de una democracia penosa e insatisfactoria para la mayoría social.

Carmen C.

2 comentarios:

rojoverdenaranja dijo...

¡Más claro agua!

Hay que rebelarse. Empecemos votando a C's en las próximas elecciones. Por lo menos que pase como en Cataluña, que las aguars se han agitado desde que estan en el Parlamento..algo es algo. todo es empezar, y a lo mejor al final la gente le coge gusto a comprometerse...

Anónimo dijo...

Nada hay más claro en nuestro país que la presencia en el parlamento de otros representantes, es intolerable el bajo nivel al que los presentes políticos han llevado a la democracia española, C´s debe jugar su papel de cambio pues el electorado está preparado para asumir nuevos planteamientos que acaben con la política como modus vivendi de unos cuantos.Sus cartas están sobre la mesa ¿Como las jugará? Ojalá acompañe el entendimiento a la tercera vía política que se perfila en España.