abril 15, 2007

EL FEMINISMO DE ÁNGELA MERKEL


¿Todas las mujeres somos feministas? Seguramente no y aún las habrá contrarias al movimiento feminista pero en lo que estamos todas de acuerdo es en que las feministas lucharon a brazo partido por liberar de la mujer del yugo machista y fueron las pioneras de una lucha necesaria para alcanzar las cuotas de libertad que hoy disfrutamos las mujeres de Occidente.


Queda mucho por hacer y por compartir para que el feminismo siga obteniendo predicamento y logros en reivindicaciones tan importantes como son la erradicación del dominio de un sexo sobre otro y la normalización del respeto entre los seres humanos, ya sean éstos del mismo sexo o de sexos y opciones sexuales diversas o afectados por las variadas peculiaridades humanas.

Las mujeres sabemos mucho de peculiaridades, pues nos hemos encargado de ellas a lo largo de la historia de la humanidad: Cuidamos los embriones humanos, la infancia, la vejez, la enfermedad, la supervivencia de la especie, los heridos de las guerras declaradas por los hombres en las que mueren nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros hijos (en las actuales, preferentemente la población civil), las heridas producidas por la exclusión a la que conduce el machismo cuando prescinde para ejercer el poder de la mitad de la población más capacitada para gobernar, habida cuenta de su experiencia en dialogar, consensuar, fraternizar, sobrevivir en todos los frentes donde se gestiona la vida.

El presidente Zapatero –consciente del potencial femenino – se ha rodeado de mujeres para gobernar haciendo de tal virtud ley de paridad.

Paridad que a pesar de “las buenas intenciones” sigue mostrando la desigualdad entre “ellos y “ellas”, colocados ellos en los ministerios más trascendentes: Economía, Interior, Justicia, Exteriores…, colocadas ellas en los ministerios más ponderados para practicar la demagogia pero olvidados para afrontar las necesidades de los ciudadanos: Sanidad, Enseñanza, Cultura, Asuntos Sociales… y susceptibles de supeditarse a prioridades establecidas por hombres con más poder que las mujeres ministras, tal fue el caso de la ley antialcohol que la ministra Salgado puso a punto para proteger la salud de los adolescentes y fue abortada por causas ajenas a su voluntad y a los intereses de los más jóvenes, pero cercanas a los votos que pueden emitir o dejar de hacerlo los votantes vinculados al sector del vino.

El cargo de vicepresidenta de Mª Teresa Fernández de la Vega no parece gozar de más altas cotas de poder que el de sus compañeras, se limita a hacer feminismo de ley y de acción, legisla todo lo que encuentra a su paso que hace referencia a la “igualdad” y tiene puesta su mirada y su persona en África, donde las mujeres son víctimas del machismo más atroz, machismo que nadie más que ellas logrará erradicar.

Digno de mención es el feminismo de Ángela Merkel y toda su persona que en contra de todo pronóstico mediático brilla con luz propia en el oscuro laberinto de la política mundial.

Nadie apostó por ella, ni siquiera su partido conservador; salida de unas elecciones sin mayorías destacadas fue aceptada como el mal menor para una legislatura anodina, de transición hasta la próxima, en la que unos y otros esperan conseguir correlaciones de fuerzas más favorables para gobernar con soltura y sin pactos difíciles, entretanto dejaron a Ángela Merkel para comerse el marrón de pactar con los socialdemócratas y con el sambenito de ser la tonta del partido, con más pinta de ama de casa que de líder europea, ni Zapatero con su vena “feminista” supo apreciar el valor de la estadista que ha puesto en el orden del día de la agenda europea las tareas que importan al ciudadano y – sin mencionarlo machaconamente como estamos cansados de oír a Ibarretxe, a los de I U y demás feministas de pacotilla – también a la “ciudadana”.

Gobierna en Alemania y en Europa con el mismo gesto con el que se pide un café o se pregunta por el baño en un lugar desconocido, no utiliza el gesto adusto y prepotente del político de raza, ha sustituido lo duro por lo flexible y con ese gesto humilde y maternal concilia conservadurismo y socialdemocracia al tiempo que exporta una imagen solidaria y digna de su país, como hemos podido ver desde el foro mundial de Davos, donde como presidenta de la Unión Europea, dinamizó la ronda del desarrollo de Doha, paralizada en estos años por desavenencias imperdonables, cobardes y egoístas de los gobernantes anteriores, en primer lugar los de EE.UU.

Trabaja por una Unión Europea eficaz y plausible desde la que defiende posturas valientes e incómodas como sus manifestaciones contra los secuestros de los marines británicos por parte de Irán al que acusó de haber cometido una violación de los derechos internacionales. Hoy los marines están en su país sanos y salvos.

Propone la circulación de libros de texto de historia comunes para Europa elaborados por historiadores de los distintos países, libres de toda sospecha local-nacionalista como uno de los pasos necesarios para superar los desencuentros inter-europeos.

Abogó por un mercado energético europeo único e integrado como forma de acabar con espectáculos tan bochornosos como los que dieron el gobierno español y sus favoritos ENEL – ACCIONA pervirtiendo la legalidad del proceso de la reciente OPA sobre ENDESA.

Nunca la Unión Europea había estado tan dinámica y sugerente como lo está con la presidencia en manos de Ángela Merkel que ha conseguido superar a todos sus precedentes, pues ha sabido trascender de su inscripción conservadora a gobernante de todos los alemanes y presidenta de todos los europeos, no es poco para la “tontita de la casa” y no es poco que las ministras socialistas, exóticas y más modernas que nadie no hayan tenido una palabra para ponderar el buen gobierno de la Unión Europea por primera vez a cargo de una mujer. ¿Es envidia? ¿Es menosprecio? O es simplemente que al adversario político ni agua, aunque sea mujer y lo esté haciendo mejor que los hombres que la precedieron.

No es preciso que nos recuerde que es mujer, su política integradora es su feminismo. Tomen nota señoras ministras.

Carmen C.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De un artículo del comentarista de política internacional de LA VANGUARDIA, Carlos Nadal, titulado LA EUROPA DE ANGELA MERKEL copio el último párrafo:

" (...) Y,a partir de aquí, lo concreto: energía, medio ambiente,comunicaciones,política social,cierre de filas en la defensa de los intereses comunes, política experior. Y la emigración, tan vinculada a la preservación de los valores europeos.Es la voz de la sensatez. ¿Será escuchada?"

Esperemos que sí, por la cuenta que nos trae.

Anónimo dijo...

Gracias, Carmen.
Un saludo, María

Anónimo dijo...

Le agradezco yo también la clarividencia y claridad de sus análisis y el reparar en lo importante. Se aprende mucho con sus textos. Enhorabuena.
A. Rodríguez