abril 02, 2007

Camino de Teherán

La escalada de tensión entre Gran Bretaña e Irán a raíz de la detención de unos marines británicos en aguas internacionales o iranies segun versiones puede ser una tormenta pasajera o convertirse en un paso más en la escalada de enfrentamiento occidente-oriente. Al margen de estas cuestiones, me ha llamado poderosamente la atención la imagen de un artículo en La Vanguardia sobre el tema. En ella se ve manifestándose a varios emigrantes iraníes (presumo) en Londres, delante de la embajada iraní, pidiendo la ejecución de los soldados británicos.


La situación es realmente chocante. Yo, emigrante en otro país pido al mio propio que ejecute a soldados del país que me acoge. Y lo mejor de todo, lo puedo hacer libremente. Esto es libertad de expresión. Al margen de que esa petición sea deplorable y aún más, despreciable por un sinfin de motivos que a todos se nos ocurren, en Inglaterra se puede decir eso libremente. Entiendo que es más que probable que hacer a la inversa en Irán sería bastante arriesgado para la salud. Este es el modelo que al final prevalecerá sobre otras discusiones, la de la defensa de la libertad, y los sistemas totalitarios siempre tenderán a la extinción por una cuestión de entropismo antropológico.

Eduardo Satué

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