De como la política se niega a sí misma

Hay un dicho que expresa que la política es el arte de lo posible. Creo que es cierto, pero con todas sus connotaciones, para bien y para mal. La política a veces ha conseguido logros encomiables, como fue la Transición o como crear la ONU. Pero también sirve para destrozar al adversario, difamarlo, negarle el pan y la sal, etc.

La política en este país está un poco en ese punto más destructivo que constructivo. Muchos le echan la culpa al PP. Recordemos que la calle la empezó a tostar el PSOE manifa tras manifa. Cuando las manifas ahora son contra ellos, entonces todos debemos ser corderitos. Pero lo agresivo para el ciudadano no es una manifa o un insulto aquí y allá, es la sensación de que los políticos actuales son incapaces de mirar más lejos de sus propias narices y que todo vale con tal de aguantar en el sillón o de conseguirlo.

Creo que una democracia tiene la calidad de los componentes que lo forman. La partitocracia está llegando a sus límites dada la creciente complejidad social y no soporta más las tensiones. Seamos políticos y avancemos a un modelo más representativo, más plural. La tecnología hoy podría permitir formas de democracia directa. La cuestión es ¿queremos los ciudadanos esa responsabilidad? ¿elegir o quejarnos de los políticos?

Eduardo Satué