Andalucía pasa y canta

Es sorprendente: ningún periódico andaluz, en su edición digita al menos, editorializa sobre el Referéndum. Es posible que los editorialistas se hayan dedicado a disfrutar del carnaval, a cantar y a pasárselo bien , incluso podría darse el caso de que ni se hayan enterado de que había un referéndum…Ya la campaña había sido bastante anodina en la prensa. Los que la hemos seguido digitalmente nos sorprendíamos del poco relieve: la participación en los foros de los principales periódicos era casi nula, los artículos de fondo, cuando se trataba de políticos, eran cansinamente previsibles y si se trataba de gente independiente claramente críticos o escépticos… El entusiasmo ha sido gris, burocrático y sin salero: lo que el bodrio merecía.

Es interesante resaltar que los editoriales de algunos periódicos de alcance nacional, coinciden casi al pié de la letra con algunas reflexiones del documento que nuestro Partido emitió, un gran documento. Por ejemplo, Diario Ibérico dice:

La clase política está dando muestras de una inquietante falta de capacidad para conectar con los ciudadanos y de una actitud mental tan burocrática que la está colocando en una posición casi irrelevante. Los políticos no están consiguiendo salir de un comportamiento rutinario y funcional que les aleja cada vez más de los intereses reales de los ciudadanos

O ABC que en un editorial titulado “Estatuto sin ciudadanía” dice cosas tan interesantes como:

La buena salud del Estado democrático exige un replanteamiento razonable de ciertas reglas de juego. En algunos países cercanos los referéndum no surten efecto si no vienen avalados por una participación superior al 50% de los electores

Reflexión política llena de sentido común. O:

Es hora de tomar en serio la voz del pueblo, que se manifiesta cuando habla pero también cuando calla. A nadie le importan las reformas estatutarias, la gente habla de problemas laborales, de vivienda, de inmigración, de salud o de la educación

“El País” parece haberse quedado mudo y en un editorial banal titulado “Ni más ni menos” comienza con una frase esotérica en el cual le da voz a el ente “realidad nacional” llamado Andalucía y osa interpretar sus deseos:

Andalucía no quiere ser menos que nadie, y por eso su gobierno planteó una reforma d su l Estatuto que no fuera inferior a ningún otro, en particular el catalán. Sin embargo los andaluces se abstuvieron ayer mayoritariamente a la hora de ratificar las reformas inspiradas por el principio

Lo cual aclara algunas cosas: La Junta interpreta los deseos de “Andalucía” pero no los de los “andaluces”. Este debe ser el quid de la cuestión maragalliana de “España nación de naciones” y no “España nación de ciudadanos”: se trata de interpretar los deseos de las realidades nacionales y no de las realidades ciudadanas. El País: ¡qué nivelazo!

Para no aburrir, acabemos con la información de Liberation titulada “L’Espagne est morte, vive les Espagnes”, dice entre otras cosas:

El precedente catalán ha abierto el apetito de otras regiones (aquí las “realidades nacionales” no sólo tienen deseos sino que también tienen hambre) , incluidas las dirigidas por los conservadores. Las Canarias se autodenominan solemnemente “archipiélago atlántico y región ultra periférica” y reivindican un sistema fiscal tan generoso como el acordado por Cataluña; Aragón y Castilla la Mancha exigen controlar sus recursos hídricos (sobre todo sus ríos), Galicia se debate entre nacionalidad histórica” y “nación”…Es lo que aquí se llama la fórmula de “café para todos”; si otras regiones obtienen competencias (gestión de puertos, prisiones, aeropuertos…) ¿Por qué no la nuestra?. El conservados Francisco Camps , jefe del ejecutivo valenciano ha introducido en el Estatuto de su región una cláusula que viene a decir: “Nuestra comunidad podrá en el futuro reclamar toda competencia ya obtenida por otra comunidad autónoma

En fin… el absurdo más absoluto ante una ciudadanía indiferente a los jueguecitos de poder de los nacionalistas insolidarios y unas castas de poder autonómico sin sentido de Estado. Ciutadans más necesario que nunca.

J.A.