enero 04, 2007

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA: Carlos Alonso e Iñaki


Cara A: Carlos Alonso Palate, asesinado mientras dormía envuelto en una manta en el Aparcamiento. Ahora empezaremos a conocer anécdotas de su vida. Anécdotas entrañables como las de todo el mundo. Tenía a su madre invidente allá en Ecuador que vive con una hemana suya enferma. El llevaba cinco años deslomándose en España, trabajando como un burro para poderles enviar unos euros al mes para que sobreviviesen en su desdichado, torturado y hermoso país: Ecuador. Sabremos que había recogido naranjas en Valencia o que trabajaba en una fábrica de plásticos, sabremos que acompañó a un compatriota a Madrid que iba a buscar a su esposa que venía de Ecuador, no sabremos por que se le ocurrió la maldita idea de quedarse envuelto en una manta a dormir en el aparcamiento, quizás porque estaba muerto de cansancio de trabajar. No sabremos si estaba enamorado, no sabremos tantas cosas. En definitiva cada ser humano somos un misterio, incluso para nosotros mismos, un misterio que nos ocupa toda la vida que el destino nos da...Carlos Alonso, te lo digo en la lengua vieja de mi país. GOGOAN ZAITUGU!.

Cara B: Iñaki da la Juana Chaos, asesino


Sabemos cosas muy importantes de él. Sabemos que asesinó a 33 personas como Carlos Alonso, ciudadanos como él, que tuvieron la mala fortuna que el destino pusiese en su camino a un criminal como él para que todas sus ilusiones saltasen hechas pedazos. Sabemos que tenía la festiva costumbre de celebrar en la carcel los atentados mortales de sus comilitones pidiendo champan y ostras, que quizá financiaba con el dinero que el Gobierno Vasco presupuesta para ayuda a los familiares de ETA. Sabemos que "se había vuelto escritor" en la carcel y que una de sus actividades literarias consistía en enviar cartas a los periódicos con "advertencias" muy sujestivas. El código penal vigente (el franquista) en el momento de cometer sus asesinatos, le había permitido cumplir con 18 años el castigo por sus crímenes. El código penal democrático ha permitido que sea condenado por sus "advertencias" a varios años de carcel que habrá de cumplir íntegros. El ha protestado y ha decidido suicidarse a cámara la lenta. No sabemos si el día de nochevieja de este año pidió que le metiera un chute de champan en el gotero, es capaz. Yo no me alegraré si se muere, pero desde luego no pienso derramar una lágrima. Desde aquí le digo en castellano paladino: MALDITO SEAS PARA SIEMPRE, ASESINO!

J. A.

1 comentario:

Antonio dijo...

Terrorismo, maldita palabra y malditos los que lo usan como vehículo de expresión, no entienden de dialogos, ni de sentimientos, ni del alcance de los daños que puedan producir, solo entienden de destrucción y de muerte.