enero 24, 2007

ESTADOS UNIDOS TAMBIÉN ESTÁ MAL

Los inescrutables caminos de la política no lo son tanto si nos ayudamos de la Economía para interpretarlos y cotejamos los discursos políticos y los hechos con las cifras que caen sobre las tantas veces pervertidas palabras y las desnuda, mostrándonos la realidad que a toda costa quieren esconder o escamotear los líderes políticos convertidos en súbditos de la Economía cuando no en dueños de ella.


Así como todos los políticos no son iguales, tampoco lo son los planes o modelos económicos y precisamente, en captar las diferencias para elegir uno u otro modelo se basa gran parte de la excelencia de un político, de un presidente.

En España no acostumbramos a elegir a nuestros representantes por los modelos económicos de sus programas electorales, nos dejamos llevar por las ideologías que dicen representar y no es una conversación habitual ni tema de debate en TV inducir a votar a los candidatos por los planes económicos que defienden, no es del dominio público saber, por poner un ejemplo preciso, que Rato en los gobiernos Aznar siguió el plan económico iniciado por Solbes en la última legislatura de Felipe González, al que añadió las privatizaciones de empresas públicas solventes, caso de Telefónica y que Solbes ha retomado su plan de las manos de Rato para el gobierno Zapatero y nos encontramos con un crecimiento económico que ha servido para “salvar” a unos y otros y que no obstante no ha sido el motivo del voto ciudadano.

Podemos decir que el PP y el PSOE se han protegido bajo el mismo paraguas económico y paradójicamente el PP mantiene una confrontación absoluta con el PSOE mientras a los ciudadanos nos están administrando el mismo jarabe de palo.

Cosa diferente ocurre en Estados Unidos que sin mediar grandes diferencias ideológicas entre republicanos y socialdemócratas se les puede identificar a unos y otros por sus modelos económicos; los gobiernos de Clinton mantuvieron un crecimiento continuo de la Economía hasta la llegada de Bush que cambió el modelo económico y sus nefastas consecuencias han ido empobreciendo la vida de los ciudadanos hasta el punto, en que ningún experto economista, se atreve a ofrecer un pronóstico económico para este año que empieza lastrado con un precio astronómico del petróleo y con un Oriente Próximo fuera de control.

El premio Nóbel de Economía, Joeph Stiglitz nos dice que los problemas económicos de EE.UU. tienen su raiz en las medidas económicas aprobadas al principio del primer mandato de Bush.

El recorte fiscal, en vez de estimular la Economía, sirvió para beneficiar a los contribuyentes más ricos y el déficit público que generó, lo suplió con la Reserva Federal que se hizo cargo de las pérdidas por reducción de los tipos de interés que bajaron a unos niveles sin precedentes, es lo que se llama en el argot económico “dinero barato”, que no incentivó las inversiones empresariales, pero alimentó una burbuja inmobiliaria que ahora está a punto de estallar, con el consiguiente peligro para las familias que pidieron dinero prestado (dinero barato) con la garantía de que sus casas tenían un valor en alza para sustentar el consumo.

A esta estrategia económica interna – que se demostró insostenible por impedir el ahorro familiar que pasó a ser negativo por primera vez desde la Gran Depresión y que hizo necesario pedir prestados a otros países 3.000 millones de dólares diarios y que exponen al ciudadano a un endeudamiento que solo es posible soportar si los tipos de interés siguen bajos y los precios siguen subiendo – se añade el fracaso económico de la “operación Irak”que no reportó los beneficios que Bush quería obtener con el petróleo y con los negocios de restauración de Irak después de la guerra, que mal preveía corta y que por el contrario supuso un gasto público de extraordinarias dimensiones.

De los buenos resultados económicos de Clinton, propiciados por los economistas Robert Rubin y Alan Grenspan que consiguieron revertir el déficit público (heredado de Reagan y Bush padre) y transformarlo en superavit y en un crecimiento del PIB ( producto interior bruto) por encima del 4% durante varios años seguidos, se pasó en la etapa actual de Bush a un déficit desconocido, que su responsable Cheney ha despreciado permitiéndose decir en una ocasión - El déficit no importa – que ahora mantiene una incógnita que nadie se ve capaz de despejar por el caos en que para 2007 ha devenido la política económica de Bush.

Nadie quiere hacer predicciones para una situación en extremo vulnerable, cuya única expectativa de cambio a mejor se vislumbra fuera del gobierno y está por demostrar y que es el voto de desconfianza a Bush que ahora estará controlado por el Congreso, pero sigue gobernando.

Es significativo que la primera movida de ficha de los demócratas cuando ganaron en el Congreso y en el Senado la posibilidad de controlar a Bush, haya sido rescatar a Rubin, el hombre que se identifica con la Nueva Economía y que mantuvo en superavit los gobiernos de Clinton y que Bush hijo ha vuelto al déficit más profundo de la historia americana además de dar al traste con la imagen de EE.UU., actualizando regresiones indeseables de los valores de que siempre han hecho gala los estadounidenses, tales como la libertad (recortada con la excusa del terrorismo que su política intervencionista favorece) y la tortura que el presidente defiende, ignorando el Convenio Internacional que prohíbe la tortura en toda circunstancia.

CONCLUSIONES

El modelo económico que se ha dado en llamar Neoliberal y neocons a quienes lo practican, ha llevado a Estados Unidos a un desequilibrio presupuestario de más de 400.000 millones de dólares que muestran la incapacidad de los EE.UU. de vivir con arreglo a sus propios medios y poder satisfacer con ellos su consumo desenfrenado, principales causas de desequilibrios que afectan negativamente a todo el mundo y lo mantienen en vilo.

La incógnita para este año es saber si los demócratas podrán frenar el desastroso panorama inducido por los neocons y si podrán aplicar otras medidas económicas, la primera de las cuales, subir los tipos de interés, cuestión que Bush puede vetar y que aún pudiendo salir adelante plantea incertidumbres de alto calibre, pues el 80% del crecimiento de empleo y casi dos tercios del aumento del PIB en los últimos años están relacionados directa o indirectamente con el sector inmobiliario.

A la incógnita le sigue una pregunta sobre el boom inmobiliario, la fiebre consumista, los desequilibrios mundiales: ¿Estallará la burbuja al restringir el consumo que La Reserva Federal no puede compensar para apuntalar el crecimiento económico por el déficit público, minado por un gasto sin restricciones?

Sea cual sea la respuesta, de lo que no cabe duda es de que la política Neoliberal de Bush ha puesto a su país en riesgo de perder su subsistencia y la del planeta.

Carmen C.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y para muestra, un botón: Las ventas de vivienda nueva en el año 2006 tuvieron su nivel más bajo desde 1990, cayendo un 17.3 %y la reventa de casas usadas un 8.4. El precio subió solo un 1.1% que contrasta o alarma frentenal 12.4 del año 2005. El departamento de Comercio revalida estos indicadores informando de que las ventas de vivienda en 2006 fueron 200.000 menos que en 2005. ¿Estallará la burbuja?