mayo 20, 2008

Carod y Portugal

En tiempos de Pasqual Maragall, en tiempos del primer tripartito de Catalunya, unas declaraciones del conseller en cap de la Generalitat pidiendo ayuda a Portugal para proclamar la independencia catalana en el plazo de siete años habrían provocado un fenomenal revuelo. Más de media España se habría rasgado las vestiduras y Maragall estaría hoy en un serio aprieto.

En tiempos de José Montilla, en tiempos del segundo tripartito, las recientes declaraciones del vicepresidente Josep-Lluís Carod-Rovira, apelando a Portugal como futuro garante de la independencia catalana apenas han tenido eco. Las provocaciones de Esquerra Republicana ya forman parte del paisaje. La retórica independentista ha dejado de causar grandes calambres y se está convirtiendo en un elemento costumbrista, como el 'caganer' en el pesebre. Ni siquiera la Cope, ocupada estos días en el acoso y derribo de Mariano Rajoy, le presta mucha atención.


La historia siempre se repite. Primero es drama y después deviene farsa, como escribió Carlos Marx en El 18 de Brumario de Luis Bonaparte. Siempre hay un precedente. El periodista Agustí Calvet, Gaziel, publicó en La Vanguardia una grandísima crónica de los acontecimientos del Sis d'Octubre de 1934 (fecha en la que Lluís Companys proclamó un efímero Estat Català), en la que, desolado, pronosticaba certeramente la agonía de República. "Esto va acabar mal", escribió. Gaziel cuenta como, de madrugada, cuando ya todo estaba perdido, la radio de la Generalitat seguía apelando a la resistencia armada, intercalando sardanas con pasodobles. La rebelión se había transformado en un vodevil. Gaziel, que conocía la fragilidad de la República y de la autonomía catalana, lloró aquella noche.

Carod ya no impresiona –posiblemente, ni siquiera a los militantes de su propio partido- porque Esquerra Republicana perdió en las elecciones generales del 9 de marzo a más de la mitad de sus electores, descalabro sólo comparable a la hecatombe de la UCD el 28 de octubre de 1982.

Sin embargo, en Portugal las palabras de Carod han tenido un cierto eco. Un mal eco. El premio Nobel de Literatura José Saramago, partidario de la unidad ibérica, le ha calificado de oportunista y de servirse de Portugal para sus intereses tácticos. Y algunos periódicos han reaccionado con virulencia. José Manuel Fernandes, director del diario Público, uno de los más influyentes del país, escribía ayer lo siguiente en la página editorial: "El ejemplo que Portugal no debe seguir es el de líderes nacionalistas como Carod-Rovira, provincianos que sobreviven luchando contra imaginarios molinos de viento. Portugal no ha de querer ser pequeño como algunos quieren que sea Cataluña; al contrario, necesita más espacio y ello significa menos fronteras, más integración y más intercambios con toda Iberia, comenzando por Madrid".

Jugando a la radicalidad para intentar ganar el agónico congreso de su partido, Carod, responsable de la política exterior de la Generalitat, acaba de cometer un serio error, impropio de una persona que dice conocer Portugal. Un error difícil de corregir, ya que la sociedad portuguesa se halla en un momento de gran susceptibilidad. En Portugal se cruzan hoy dos corrientes: una de carácter defensivo, que siente nostalgia de las viejas glorias del pasado y es capaz de elegir personaje del siglo al dictador António Oliveira Salazar (dictador civil, introvertido y misterioso, muy distinto de Franco), y una corriente modernizadora que busca el pacto y la integración económica con España, pero que nunca aceptará lecciones ni dicterios de los españoles, sean estos castellanos o catalanes. Los portugueses no quieren sentirse utilizados en las trifulcas hispánicas.

ENRIC JULIANA

» Artículo publicado en La Vanguardia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"PORTUGAL NO EL NECESSITA"

Un diari portuguès critica "el provincianisme" de Carod
El diari portuguès Público va censurar en una editorial les paraules del vicepresident del Govern català, Josep-Lluís Carod-Rovira, qui va afirmar que buscarà el suport de Portugal per assolir la independència catalana i va acusar a Espanya de voler mantenir una "tutela paternalista' i una actitud d'"'imperialisme domèstic" sobre el país veí. L'editorial del diari portuguès, signada pel director José Manuel Fernandes, assenyala en aquest sentit que "un líder nacionalista català vol el suport de Lisboa per al seu projecte independentista. En aquests moments Portugal necessita de tot menys el provincianisme que aquest senyor representa". Les crítiques d'aquest diari s'afegeixen a les que va rebre Carod per part del premi Nobel de Literatura, José Saramago, que va acusa el dirigent d'ERC de fomentar "el rencor histórico".

Anónimo dijo...

La Constitución republicana de 1873 (Iª República Española)incluyó el proyecto de unir España y Portugal en una sola nación. Los primeros presidentes de aquella breve pero significativa etapa republicana fueron los catalanes Estanislao Figueras y Francesc Pi i Margall, cuyo proyecto federalista pretendía unir y nunca separar a nadie, a diferencia de lo que persiguen los caciques nacionalistas actuales.

La unión hace la fuerza. Tenemos todo en común. Somos personas y deseamos salir adelante. El proyecto de Carod se rinde ante lo peor de la globalización neoliberal debilitando los Estados nacionales en pos de microfeudos vapuleados por las megacorporaciones y las grandes potencias.

Apostemos para que nuestra meta a medio plazo sea la unión ibérica.