abril 07, 2008

Desde Levante: Los gobiernos de Cataluña y Aragón se ahogan en demagogia

No puedo reprimir ni disimular una media sonrisa cuando veo las imágenes de las instalaciones de la Expo de Zaragoza anegadas por la crecida, una más, del río Ebro. No es políticamente correcto pero no puedo reprimir la sonrisa. Es la imagen más apropiada para definir una injusticia, para retratar las consecuencias de la demagogia, para destacar lo mala que es la insolidaridad territorial. Y, créanme, como yo piensan (tal vez no se diga y seguro que no se escribe) miles de valencianos o murcianos. Eso se lo deben los maños a la más sectaria decisión política de la historia obra de José Luis Rodríguez Zapatero con la verdugo María Teresa Fernández de la Vega como colaboradora necesaria.


La derogación del Plan Hidrológico Nacional no sólo fulminó el trasvase de agua del Ebro, también eliminó una serie de infraestructuras hidráulicas, de conducciones de agua fluvial o pluvial, de contenciones… en definitiva unas necesarias infraestructuras que ahorrarían millones de litros de agua, permitirían trasvasar hectómetros excedentarios y, sobre todo, evitaría las pérdidas materiales unidas estrechamente a las riadas o temibles consecuencias para la vida de las personas. Pero no, había que contentar los delirios independentistas del ahora cuasi defenestrado Carod-Rovira, había que alimentar el ego imperialista del sí decapitado Pasqual Maragall.

Pero nada comparado al espectáculo actual, donde la demagogia campa por sus anchas entre las vergüenzas políticas de José Montilla, Marcelino Iglesias o Cristina Narbona. En el caso de los catalanes, los mismos que defendían la supresión de los trasvases, los mismos que reclamaban la titularidad de los ríos, los mismos que comenzaban la "guerra del agua"… esos mismos, sin vergüenza aparente, se convierten en adalides de la universalidad del agua, del "agua para todos" apelando –y esto me divierte aún más- a que "España somos todos". Han pronunciado la españolidad de Cataluña (como siempre que lo hacen: para pedir) sin que les broten herpes labiales o se les caigan dientes o pelo.

¿Será que las aguas del Segre obran el milagro y todo aquel que las bebe, o desea, se convierte al españolismo más centralista? No le vendría mal a algún nacionalista bañarse en este Ganges catalano-aragonés.

En el caso de los aragoneses creo que en el pecado llevan la penitencia y las crecidas, habrá más, del Ebro seguro que ya les está haciendo recapacitar. El caso del Gobierno central es para tesis doctoral. Ni que decir tiene que ni una palabra de trasvasar agua a la Comunidad Valenciana, sino más bien lo contrario. Según Montilla, los valencianos piden agua para regar campos de golf. Un detalle para terminar, querido president: la Comunidad Valenciana tiene censados 27 campos de golf por los 42 de su Cataluña.

David Lozano

» Artículo publicado en El Semanal Digital

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