noviembre 27, 2007

Feria de Frankfurt: artículos en medios europeos (III)

Cómo una Feria del Libro acaba en tema político

12 de Junio de 2007 - Este año, Cataluña será el país invitado a la Feria del Libro de Frankfurt y se está discutiendo en qué idioma debe presentarse. Parece que muchos autores catalanes aprovechan la Feria como tribuna política. Para otros, el evento no es más que una pérdida de tiempo.

El que 22 [sic] años después de la muerte de Franco las tensiones entre las regiones autónomas españolas y Madrid hubieran llegado a su fin, sigue siendo un deseo piadoso. Tan sólo hace una semana que el grupo terrorista vasco ETA anuló una tregua que de todos modos no había cumplido.

Claro que la exigencia de una autonomía aún mayor en Cataluña no puede compararse de ningún modo con el proceder alevoso, por violento, de los separatistas en el País Vasco. Pero también en la segunda región más rica de España la salvaguarda y la “defensa” de la cultura propia es un tema altamente sensible y de gran resonancia. Y como en cualquier otra parte del mundo, hay un signo específico de esta cultura que tiene un papel preponderante, porque otorga identidad como no lo hace ningún otro: la lengua.

Algunos catalanes exigen la independencia de Cataluña, separándose de España. Los “grafittis”, como éste que mostramos de Girona, son uno de los medios expresivos preferidos.
Los catalanes, “protagonistas principales”

Así se lo hicieron saber a los organizadores de la Feria del Libro de Frankfurt que pretenden presentar el miércoles, en la “Casa de la Literatura” de Frankfurt, al invitado de honor de este año: Cataluña. La cuestión de si Cataluña debe presentarse en Frankfurt con su rostro más polifacético, es decir, también con sus autores que escriben en castellano, hace meses que calienta los ánimos en la ciudad de Gaudí. La lista de los invitados a Frankfurt se ha convertido en una aceitera cuyo contenido se vierte a poco a poco en el fuego encendido del debate cultural.

En el centro del debate se sitúa el Instituto de Cultura Ramon Llull, que organiza por encargo del gobierno catalán, la Generalitat, la presentación en la Feria del Libro. Al pedirle aclaración a finales de la semana pasada, sólo dieron la breve respuesta de que el miércoles ofrecerían a Alemania una lista de unos 130 autores. No hubo respuesta a la pregunta de si participarían escritores en castellano. “La cultura catalana será en Frankfurt la protagonista principal”, decía la breve información.

Cataluña, una finca particular dentro de España

Existen dentro y alrededor de Cataluña suficientes defensores de todos los matices en el apasionado y permanente debate acerca de la situación de igualdad o de prevalencia de uno de los dos idiomas co-oficiales, el catalán y el castellano. En las páginas de Internet del diario “La Vanguardia”, que se edita en Barcelona en castellano, se registra una discusión apasionada que se manifiesta día a día. Uno de los que intervienen en este foro expresa, naturalmente en castellano, su enfado con estas palabras: “Vosotros, los catalanistas, creéis que Cataluña es vuestra finca particular”. “En Cataluña hay muchos que no hablan más que un solo idioma, y esos son los castellanoparlantes”, le devuelve el golpe un catalán.

Los que organizan la Feria del Libro puede que, en vista de esta polémica que no cesa, se arrepientan ahora de haber invitado a los españoles catalanes. Pues las sensibilidades linguales van mucho más allá del día a día, y se han convertido en una prenda con la que los políticos intentan ir a la caza de votos. Mientras tanto, Josep Lluis Carod Rovira, vicepresidente del gobierno catalán, se ha hecho cargo personalmente de dirigir la comisión del evento de Frankfurt. Carod es dirigente máximo del partido ERC, un partido nacionalista de izquierdas –algunos preferirán decir separatista de izquierdas-.

Para muchos catalanes, la Feria del Libro es “una pérdida de tiempo”

Los escritores también contribuyen a la disputa. El catalán Carlos Ruiz-Zafón, que escribe en castellano y consiguió con “La sombra del viento” un éxito mundial, asegura con malicia que la Feria del Libro de Frankfurt no representa más que una “pérdida de tiempo”. Su colega Sergi Pàmies, que escribe en catalán, uno de los pocos que ya disponen de invitación oficial a Frankfurt, la ha rechazado. Asegura no poder publicar las razones “porque iría directo a la cárcel”, afirma por la radio. Indirectamente ha hecho saber además que no piensa admitir que le hagan tirar del carro nacionalista. Y que, además, lo de Frankfurt no tiene mucha importancia. Y Eduardo Mendoza, un autor de bestsellers en castellano, “se interesaría más bien por la Escuela de Frankfurt que por la Feria del Libro de Frankfurt”.

Sean cuales sean los nombres que los catalanes den a conocer mañana en Frankfurt, parece que el mal ya está hecho. Después de tantas discusiones, asegura Mendoza, todos han quedado agotados ya antes de iniciada la Feria.

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