octubre 22, 2007

No sólo es en Euskadi

Al hilo de la reflexión y comentarios que se plantea Juan Casado Flores en su magnífica carta El poder curativo del euskera, debo decir que no es sólo en Euskadi donde se manifiesta esta increíble y paradójica circunstancia.

En la Comunidad Valenciana, en las convocatorias oficiales para cubrir plazas de médicos de la sanidad pública, se valora más el conocimiento de valenciano que el hecho de poseer un título de doctor, por ejemplo. Conocer valenciano es el mérito más valorado, con mucho, para cualquier oposición a puestos en la Administración, incluyendo la sanidad. Cualquier profesional sanitario con oposición a la vista, imaginen cuál es la materia a la que dedica su estudio y esfuerzo: el conocimiento de valenciano. ¿Los conocimientos profesionales? Eso es lo de menos. No sé lo que ocurrirá en otras comunidades con lengua propia, como Cataluña, pero puedo imaginarlo.


Y ahora volvamos a Euskadi. Imaginen a un médico pediatra extranjero, de cualquier otro país, sin ninguna experiencia, sin ningún mérito y sin conocimiento de castellano. Hace un curso de euskera y pasa por delante de un catedrático "español" con sobrados méritos y experiencia. Seguramente, a los niños que se debaten entre la vida y la muerte en una unidad de críticos pediátrica les interesa mucho si su médico sabe euskera. ¿Qué les parece? Pues esto es lo que hay. Estamos llegando a unos extremos de absurdo que ni el más disparatado guión de una película de los hermanos Marx alcanzaría.

Para finalizar, una pregunta y una reflexión: si en determinadas comunidades autónomas coexisten dos lenguas oficiales, ¿por qué no otorgar los mismos méritos a ambas, es decir, por qué no dar los mismos 16 puntos en Euskadi a quien habla castellano, que es la lengua cooficial? Y la reflexión: si la política lingüística de las autonomías con lengua propia nos está llevando a este increíble nivel de estupidez, alguien debería plantearse con absoluto rigor y seriedad qué sentido tiene esto de la España de las autonomías.

Sebastián Fernández Izquierdo (Médico neurólogo, Alicante). Publicado en El País, sección cartas de los lectores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Señores médicos con aspiraciones a trabajar: completen primero su formación, y ejerzan después. Su incompetencia es suya y solamente suya, no de sus pacientes. No pretendan lo contrario; sería una falacia. En atención primaria no andamos tan faltos de personal como para traer analfabetos a atender a nuestros niños.