marzo 17, 2007

Sobre la eutanasia

La polémica sobre la eutanasia es un tema que recurrentemente se plantea la opinión pública española con motivo de acontecimientos que impactan de un modo especialmente perturbador entre los ciudadanos. Además ocurre que, si bien estos acontecimientos hacen rebrotar el tema de la eutanasia, normalmente son hechos que nada tienen que ver con lo que se entiende por ello. Veamos los casos mas significativos de los últimos años.

La polémica provocada por el film “Mar Adentro” del director Amenábar, que acabó consiguiendo el oscar a la mejor película extranjera. En realidad en este film no se hablaba para nada de la eutanasia, ya que la historia se refería a un caso de “suicidio asistido” dada la manifiesta invalidez del ciudadano Sanpedro. Por supuesto, el suicidio asistido está penalizado en nuestra legislación penal. El suicidio asistido esta despenalizado en algunos países, como Suiza, donde la ONG Dignitas tiene voluntarios dispuestos a acompañar al ciudadano que opta por esta vía.


El último brote de la polémica ha surgido con motivo de la solicitud de Inmaculada Echevarria, para que se autorizase a los médicos la desconexión del aparato que le suministraba la respiración artificial y del que dependía desde hace 10 años para poder vivir. Tampoco en este caso se trata de eutanasia. La autorización ha sido concedida de acuerdo a derecho ya que se sustenta en la Ley 41/2.002 de Autonomía del paciente y que viene a decir que un tratamiento no puede imponerse contra la voluntad del paciente el cual, consciente y libremente lo rechaza, aunque esta situación suponga un riesgo para la vida del paciente.

La eutanasia es pues otra cosa: la eutanasia es un acto médico que provoca la muerte de un paciente desahuciado y cuya única perspectiva de vida a corto plazo es el sufrimiento atroz y la degradación física fatal. Dentro de la eutanasia pueden distinguirse dos casos: la eutanasia activa y la eutanasia pasiva.

La eutanasia pasiva, en síntesis, consiste en aliviar los últimos días de un enfermo terminal, privándole “pasivamente” de los medicamentos que podrían en teoría aliviar su mal incurable, pero que de hecho no harían otra cosa que alargar su sufrimiento por un corto periodo de tiempo y además proporcionarle alivio físico mediante sedantes y opiáceos o analgésicos, de tal modo que entre en un letargo que indefectiblemente le llevará a una muerte tranquila y, en la inmensa mayoría de los casos inconsciente. Este concepto está para muchos lleno de ambigüedad. Los enemigos acérrimos de la eutanasia la consideran, desde el punto de vista de su moral, igual de repudiable que la eutanasia activa. También es muy ambiguo el límite entre lo que se puede considerar una práctica médica paliativa teminal, perfectamente acorde a los protocolos deontológicos médicos y lo que se podría considerar un acto médico de eutanasia pasiva. El caso de más trascendencia en la opinión pública fue el del Hospital de Leganes, en el cual varios médicos fueron denunciados por el consejero de Esperanza Aguirre, Sr. Lamela, y cuyas carreras profesionales fueron seriamente perturbadas. De todos modos, hay profesionales médicos que consideran que la llamada eutanasia pasiva se ha convertido en una práctica medica habitual (evidentemente si llamarla así) que está perfectamente estipulada y que se aplica siempre de acuerdo con la familia y con unos protocolos perfectamente pautados y con garantías para el paciente. Aunque para sectores religiosos esta práctica sea moralmente pecaminosa, la verdad que, exceptuando el caso del Severo Ochoa de Leganes, a la que muchos profesionales y sindicatos vieron una clara intencionalidad política, no se han dado casos en España de escándalo por motivo de esta práctica médica.

El problema político y ético de verdad se plantea cuando hablamos de eutanasia activa, es decir de aquella práctica médica que mediante el uso de determinados productos, se busca el fallecimiento del paciente en situación terminal totalmente desesperada y acompañada de sufrimientos insoportables. En el caso belga y holandés la ley establece una serie de pasos y condiciones que se han de cumplir a partir de una demanda explícita, reflexionada y reiterada del paciente en plenitud de sus facultades y con un cuadro médico contrastado con el parecer de una segundo examen médico independiente, que no presenta esperanza alguna de curación además de sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables. En el caso holandés, la definición de eutanasia cubre tanto la práctica médica o como el suicidio asistido. Es decir en el caso de la legislación holandesa un caso como el de Sanpedro habría estado dentro de la ley. Desconozco el texto de las leyes belgas y holandesas pero estoy seguro que las garantías para el paciente son totales y la posibilidad de utilizar este derecho civil para prácticas perversas eugenésicas es totalmente nula.

Bien, pues, pienso que Ciutadans-P.de la C.,como partido laico que es, debería ya plantearse ya la cuestión. Debería ya abrirse un debate interno para abordar esta cuestión de forma que en los próximos comicios generales tengamos ya una propuesta clara y factible para ofrecer a los electores.

Bibliografía:
  • Fernando Marín Olalla: Derecho a morir con dignidad: ¿tabú o no?
  • Víctor Méndez Baiges: La eutanasia, una perspectiva filosófica
  • Comisión Jurídica de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Madrid: La punibilidad de los comportamientos eutanásicos
  • Ondina Colman: Breve introducción a la regulación de la eutanasia en el mundo. El largo y doloroso camino hacia la libertad
Enlaces de interés:

» Sobre el “Testamento vital”
» Asociación “Derecho a morir dignamente”
» Blog de los últimos días de la vida de Jorge León, que fue ayudado a suicidarse en Junio de 2.006
» La ley holandesa de la eutanasia

J.A.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente, creo que usted ha planteado mal el debate.

Creo que la sociedad debe plantearse cómo hacer todo lo posible por salvar al ser humano, así como ayudarle a vivir la vida con dignidad hasta la muerte.

Actualmente, en Europa hay una intolerancia inmadura al dolor o al sufrimiento. Sufrir dolor es desagradable (no es gozoso), pero es parte de la vida. De ahí que ciertos políticos son tentados de hacer un discurso político en favor de la eutanasia o el suicidio asistido aprovechando el desánimo, la falta de sentido y las desganas por vivir (creo que estas tres cosas son más o menos lo mismo).

¿Puesto que debemos defender la vida, cómo convencemos a la gente para que no busque el suicidio o la eutanasia?

No es fácil. Pero creo que la logoterapia puede ser un buen inicio, aceptable para religiosos, por ejemplo católicos, y para no religiosos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Logoterapia

Creada por Victor Frankl

http://es.wikipedia.org/wiki/Viktor_Frankl

El problema de la eutanasia es un problema de ideas, para acabar con ésta hay que acabar con las ideas que la sustentan. Así, no será una demanda social, creo que no lo es, y creo que mal vamos si la gente empieza a pedirlo.

Creo que usted y yo deberíamos leernos lo que dice la Iglesia Católica al respecto. Creo que sería bueno y que no por ello se vería afectado lo que tiene de laico su partido. Porque si bien es cierto que el Estado debe carecer de una religión oficial y ser aconfesional, las personas deben mantener su religión, sus valores, o sus principios.

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae_sp.html

http://www.conferenciaepiscopal.es/dossier/eutanasia.htm

Creame. Es bueno. Ahora bien, tengo entendido que hablan de cuestiones esencialmente morales. La soluciones ideológicas las dan los políticos o los ciudadanos no pertenecientes al clero.

Adios

Rafael (Málaga)

P.D. No soy militante de C's, ni experto en la materia aquí tratada.

Anónimo dijo...

Gracias Rafael poor su información y leeré con atención los documentos que me propone. J.A.