marzo 19, 2007

¿Qué me pasa doctor?

Cs, o el ‘Arte de Acción’

El doctor Buendía saborea un aromático café, con leche, durante el desayuno que acostumbramos a compartir cada lunes. Trabajamos en el mismo lugar. A veces, parece que hacemos lo mismo. El, cura. Yo, limpio. El necesita gafas; yo, de momento, no. Le he dicho que me recuerda a otro Buendía, Aureliano, el coronel. Dice que no cae, que si no le estaré confundiendo con otro: Mario Onaindia. Como también él se llama Mario ...


‘No doctor. No me confundo’. A veces me irritan sus comentarios porque están hechos con la intención de indicarme que estoy perdiendo facultades. O que las tengo alborotadas, lo que es casi lo mismo.¡El mundo al revés! No es que parezca que está perdiendo facultades, sino que, a ratos, ni siquiera las ha encontrado. Por lo menos las literarias. ¡Mira que no saber del otro Buendía, Aureliano! No dudo que Onaindia sea conocido por unos cuantos, pero es que al coronel lo conocen por lo menos 30 millones de personas, si bien es cierto que ambos comparten el lamentable honor de haber sido artífices de tristes episodios de violencia. Su epifanía de luz y paz les llegó a ambos al final de un largo recorrido que, para quienes padecieron su violencia, debió ser interminable. Pero Buendía, el doctor, dice que no cae . “¡Pues métase usted en Internet, hombre!”. Dice que no tiene tiempo: “la vida de los médicos, ¡ya se sabe!”. Doce horas por día, siete días a la semana, cuatro semanas por mes. Luego tienen días sueltos que a veces juntan y se van de vacaciones. Huyen, mas bien. Hace tiempo que se han dado cuenta de que así es difícil atender a los pacientes, y menos, curarlos. Pero no encuentran salida. Entre la denuncia y el peculio y la urgencia de la tarea. La misma tensión que el resto de las profesiones , pero sin enfermos de por medio.

Lo que le tiene verdaderamente confundido es esto de los Ciudadanos. No acaba de entender si son de izquierdas o de derechas. Yo le digo que se olvide de las categorías y le recuerdo la ocurrencia de Ortega y Gasset: “Hay dos maneras de ser estupido. Una de izquierdas y otra de derechas”. No hay etiqueta política alguna capaz de ahuyentar la sandez, ni categoría que funcione como antídoto eficaz contra los ramalazos de tontería que a los humanos nos asola de vez en cuando . Ciudadanos supone un cambio de paradigma para entender la política. Nació para poner el foco en las necesidades de las personas. No de los políticos. Que también son personas, pero primero son políticos y eso les ofusca y les pierde en su olimpiada particular por hacernos creer que son dioses, cuando a penas si consiguen emocionarnos con previsibles sorpresas de mago con chistera. C’s es la continuación, la asignatura pendiente y la respuesta largo tiempo esperada a un vacío político que en la Republica soviética en los últimos años se ilustraba con la siguiente ácida ironía: “¿sabes que es el capitalismo? La lucha del hombre por el hombre. ¿Y el comunismo?: lo contrario.

- Para que usted me entienda doctor. Cs es aquello que se desea porque está Fuera de catálogo, como el ‘arte de acción’ . En esta modalidad de arte, la acción se concibe como un arte cambiante y vivo que tiene un gran potencial transformador, gracias a su capacidad para interactuar ‘con’ los contextos sociales y culturales en los que interviene. Todo lo contrario de lo que acostumbran a hacer la mayoría de los políticos que interactúan ‘en’ el medio, pero no ‘con’ los ciudadanos.

Y es que lo políticos acostumbra a practicar lo que Cyrulnik define como el ‘pensamiento fácil’, que consiste ‘en elegir un campo, acumular conocimientos e ignorar lo que sucede en el otro bando. De ello se sigue una cojera lógica que da una imagen de hemiplejia de la psique humana’.

- Si Cs no se decide por una etiqueta vendrán y se la colocaran los demás. Mejor que se la pongan ellos o se la asignarán otros.

Fuera de catalogo. Esa es nuestra etiqueta. Arte de acción. ¿Porque cree usted que tenemos 3 diputados en el Parlament? Purito arte en acción. Fuera de catalogo. Nada de hemiplejías políticas.

- Querida Aria, me da usted dolor de cabeza
- Esta usted muy solo doctor -y tiene muchos prejuicios, pienso yo, y no se lo digo. Pobre Buendía, Mario, doctor. Acumula tantos años de soledad ¡Parecen cien!

P.G.J.

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