El delito de construirse opinión
Albert Rivera no puede ser del todo convincente tanto si afirma como si niega la "relación" que se le atribuye con el PP, porque la cuestión es del todo irrelevante para determinar su posición ideológica, si es de éso de lo que se trata o para acusarlo de no se sabe el qué, pues no es delito desde que gozamos de una democracia representativa relacionarse con los partidos políticos y tampoco es delito -sino que le honra - el interés de un joven por la política-.
Para Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no debe ser un problema ni tiene porque avergonzarse, ni pedir perdón ni dar explicaciones del origen ideológico -si éste no es indeseable- de sus afiliados y Albert tampoco está obligado a hacerlo.
El ideario de Ciudadanos, en su innovador concepto de la transversalidad acoge en su seno la pluralidad de pensamiento que cada uno de sus afiliados practique, si respeta el ideario del partido.
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no es una fuente ideológica nueva, sus afiliados se han agrupado en torno a unos conceptos básicos de libertades democráticas, progresismo social entendido como profundización del bienestar de los ciudadanos y fundamentalmente en torno al descontento de la política general española y en concreto de la política catalana asfixiada por el nacionalismo que están practicando sus representantes políticos, tanto por la derecha como por la izquierda y que han monopolizado con las cuestiones identitarias las funciones del gobierno catalán y han abandonado la temática social que afecta directamente al ciudadano.
Afiliados de Ciudadanos, 90.000 votantes y cada día más y más simpatizantes se han sumado al discurso de este nuevo partido.
¿Quién deplora el pasado político del joven Albert Rivera que le ha proporcionado una síntesis de pensamiento político que está resultando ser lo más fresco, pacífico y coherente que se ha oido en los últimos años y que coincide con buena parte de los ciudadanos no solo catalanes sino de otras comunidades españolas, hartos de la política de ciencia-ficción que practican nuestros añejos políticos que ya se han olvidado de hacer otra cosa que vivir a costa del erario público?
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Ver lo que dicen Socialistas en Positivo al respecto
Para Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no debe ser un problema ni tiene porque avergonzarse, ni pedir perdón ni dar explicaciones del origen ideológico -si éste no es indeseable- de sus afiliados y Albert tampoco está obligado a hacerlo.
El ideario de Ciudadanos, en su innovador concepto de la transversalidad acoge en su seno la pluralidad de pensamiento que cada uno de sus afiliados practique, si respeta el ideario del partido.
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía no es una fuente ideológica nueva, sus afiliados se han agrupado en torno a unos conceptos básicos de libertades democráticas, progresismo social entendido como profundización del bienestar de los ciudadanos y fundamentalmente en torno al descontento de la política general española y en concreto de la política catalana asfixiada por el nacionalismo que están practicando sus representantes políticos, tanto por la derecha como por la izquierda y que han monopolizado con las cuestiones identitarias las funciones del gobierno catalán y han abandonado la temática social que afecta directamente al ciudadano.
Afiliados de Ciudadanos, 90.000 votantes y cada día más y más simpatizantes se han sumado al discurso de este nuevo partido.
¿Quién deplora el pasado político del joven Albert Rivera que le ha proporcionado una síntesis de pensamiento político que está resultando ser lo más fresco, pacífico y coherente que se ha oido en los últimos años y que coincide con buena parte de los ciudadanos no solo catalanes sino de otras comunidades españolas, hartos de la política de ciencia-ficción que practican nuestros añejos políticos que ya se han olvidado de hacer otra cosa que vivir a costa del erario público?
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1 comentario:
¿Esto es lo peor que han encontrado hurgando en el pasado de una persona?. No parece mucha cosa.
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